Razones por las que un perro tiene problemas para caminar

Existen diversos factores por los que un perro puede tener problemas para caminar. A la hora de valorar una patología, debemos tener en cuenta, entre otras cosas, la edad del animal, ya que en algunas ocasiones, como en los perros ancianos, la razón principal puede ser la propia edad. Pero, ¿qué otras causas puede haber?

Causas de los problemas para caminar

En función del ritmo de vida que lleve nuestro perro, es posible que experimente algunos días dolores localizados. Tal y como nos sucede a las personas, el exceso de ejercicio puede ocasionar cansancio y debilidad. Esto hará que tengamos problemas para caminar.

Sin embargo, cuando los dolores se prolongan en el tiempo y la duración superar el par de días, nos conviene acudir al veterinario. Allí harán una valoración y procederán con el diagnóstico. Algunas de las causas más comunes por las que aparecen los problemas para caminar son las siguientes.

Razones por las que un perro tiene problemas para caminar

Lesiones

Además de una fractura no visible o un desgarro en los tendones, los problemas para caminar pueden deberse también a una lesión en la espalda o en la médula espinal. Esta suele aparecer por un traumatismo, un derrame cerebral o por daños en los discos.

Cuando la médula espinal o la columna de un perro se encuentra inflamada o con alguna lesión, las patas traseras pueden mostrar signos de debilidad o inestabilidad. Esto le provocará irremediablemente problemas para caminar. Si nuestro perro no ha sufrido ningún accidente pero se encuentra en esta situación, debemos acudir al veterinario lo antes posible.

Mielopatía degenerativa

Esta enfermedad es otra de las causas por las que un perro puede tener problemas para caminar. En especial en los perros adultos, las fibras que envían las señales al cerebro para la movilidad de las patas se van destruyendo. La causa es el propio deterioro de la médula espinal.

Los perros que padecen de mielopatía no experimentan dolor, pero la enfermedad afecta directamente a la movilidad. Las patas pierden fuerza y el animal no es capaz de caminar con normalidad ni de permanecer de pie por mucho tiempo. En la actualidad no existe cura para esta enfermedad, pero la fisioterapia y la medicina holística pueden aliviar la sintomatología.

Diabetes

Las hembras tienen más tendencia a sufrir diabetes, que también puede ocasionar problemas para caminar. Aunque algunas razas como los Golden, los Pastores alemanes o los Schnauzer son más propensos, puede afectar a cualquiera.

Para evitar la diabetes es conveniente no darle a los perros alimentos ricos en azúcares. Dado que son capaces de comerse cualquier cosa, es muy frecuente que muchos dueños compartan su comida. Pero no hay que olvidar que algunos alimentos aparentemente inofensivos y que además les gustan son tóxicos para ellos. Para determinar si la diabetes es la causa de los problemas para caminar basta una analítica.

Artrosis

La artritis y la artrosis son otras de las causas por las que los perros pueden tener problemas para caminar. Los perros adultos y de razas grandes suelen ser quienes más padecen de esta enfermedad. Suele afectar a las articulaciones de la cadera y de la rodilla, deteriorando las amortiguaciones y causando dolor.

Algunos medicamentos además de la fisioterapia pueden aliviar los síntomas. Así, nuestro amigo podrá mantener una calidad de vida óptima y reducir sus problemas para caminar.

Las causas de los problemas para caminar son amplias y variadas. En cualquier caso, si observamos que nuestro perro pasa más de dos días sin poder moverse con normalidad, lo más recomendable es acudir al veterinario. Cuanto antes detectemos el problema, antes podremos solucionarlo.

Ortocanis: Ayudas para perros con movilidad reducida

La parálisis en perros, que hace que el animal no pueda mover las patas traseras, las delanteras, o las cuatro, tiene diversos orígenes. La puede causar un traumatismo, pero también una enfermedad. También puede ser gradual o repentina, ser irreversible u ofrecer posibilidades de mejora o curación.

Silla de ruedas para perro Ortocanis

Silla de ruedas para perro Ortocanis

En cualquier caso, será necesario proporcionar al animal todos los cuidados necesarios para facilitar su recuperación. Para ello resulta fundamental conocer la causa de la parálisis para aplicar el tratamiento más adecuado. No sólo podríamos paliar sus síntomas, sino revertirlos en determinados casos, y de no ser posible, proporcionarle la mayor calidad de vida posible.

Principales causas de la parálisis en perros

Fundamentalmente, la parálisis en perros la provoca o bien un traumatismo o una enfermedad. Esta puede ser congénita o infecciosa. Entre las enfermedades congénitas que provocan parálisis en los perros, sobre todo en las extremidades posteriores, está una patología degenerativa de los discos intervertebrales. Los perros que la padecen, normalmente producto de la edad, van perdiendo movilidad, dado que la membrana que rodea a su médula espinal se va descomponiendo progresivamente.

En cuanto a las enfermedades infecciosas que provocan parálisis, hay dos que resultan especialmente peligrosas. Son la rabia y el moquillo. Por otro lado, puede que el animal que experimenta una parálisis tenga un tumor en alguna parte de su cuerpo que le afecte a la movilidad. Por ejemplo, si tiene uno en la espina dorsal, puede afectar a las extremidades.

Además, el perro puede sufrir parálisis por una lesión en el cuello o en la médula espinal. Generalmente, este tipo de lesiones son producto de un golpe fuerte o de un accidente. En estos casos, la parálisis suele ser permanente.

En muchas ocasiones el perro no desea moverse porque tiene dolor. Es común encontrarnos casos de lesiones de ligamentos o artrosis donde el perro evita utilizar la extremidad afectada. No hablaríamos de una parálisis en sí pero debemos conocer estos casos ya que son mas frecuentes. Normalmente veremos que el animal se queja si manipulamos la zona afectada. En estos casos el veterinario nos podría recomendar la utilización de una ortesis.

En otro orden de cosas, la parálisis en perros puede también ser psicológica, como producto de un shock. En estos casos, dado que no hay lesiones en la médula, la parálisis será temporal. La puede causar también la ingesta de alimentos en mal estado, contaminados con toxina botulímica. Incluso puede ocasionarla la picadura de algún insecto, puesto que hay animales que con una picadura pueden ocasionar parálisis en perros. Es el caso de algunas familias de garrapata.

Síntomas y tratamiento de la parálisis en perros

Además de imposibilidad de caminar, la parálisis en perros puede tener otros síntomas. Por ejemplo, las dificultades para levantarse. También puede ser un indicador que el animal no pueda orinar, o que tenga problemas para poder controlar la orina. En este último caso, esta goteará constantemente. Esto también puede sucederle al animal a la hora de defecar. Además, también puede caminar con dolor o como si estuviese mareado.

En estos casos, lo más recomendable es llevar al animal al veterinario para que lo examine y decida la mejor forma de ayudarle. En caso de que sufra incontinencia aparte de parálisis, habrá que mantenerlo lo más limpio posible. Así se evitará que el animal tenga infecciones (y olores no deseables). En estos casos se pueden utilizar pañales especiales para perros y abrigos protectores.

Por otra parte, hay que procurar que descanse de la manera más cómoda posible. Para ello es recomendable utilizar una cama ortopédica para perros. Además de proporcionarles un mejor descanso, estas camas están diseñadas para repartir el peso del animal, evitar puntos de presión y úlceras en la piel debido a un uso prolongado.

En cualquier caso, tener una parálisis no es en la actualidad un obstáculo para que los perros sigan moviéndose y disfrutando. Existen sillas de ruedas adaptadas a ellos, con las que, si cuentan con movilidad en las patas delanteras, pueden seguir caminando y moviéndose como si les funcionasen bien las cuatro patas.

Preguntas Frecuentes

Mi perro cojea de una pata, pero no le duele

Aunque tu perro no muestre signos de dolor, la cojera indica que algo no está bien. La cojera puede ser resultado de una lesión, una infección, una inflamación o incluso problemas articulares como la artritis. A veces, los perros ocultan su dolor debido a su instinto, así que es importante llevarlo al veterinario para un examen completo. El tratamiento variará según la causa, pero el descanso es generalmente recomendado en los primeros días.

Por qué mi perro no puede caminar con las patas traseras

La incapacidad para caminar con las patas traseras puede ser un signo de una condición grave como una enfermedad degenerativa del disco, problemas neurológicos, lesiones en la columna vertebral, o incluso una enfermedad vascular. Este síntoma requiere atención veterinaria inmediata para diagnosticar la causa subyacente y comenzar el tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos, cirugía, o terapia física.

Mi perro cojea de una pata delantera

La cojera en una pata delantera puede ser causada por varias razones, incluyendo lesiones (como esguinces o fracturas), infecciones, inflamación de las articulaciones, o problemas en las almohadillas de las patas. Es importante observar cualquier otro síntoma como hinchazón, enrojecimiento, o sensibilidad al tacto, y consultar a un veterinario para un diagnóstico y tratamiento adecuados. El reposo y evitar el esfuerzo físico son recomendaciones comunes hasta la consulta veterinaria.

Parálisis en perros por intoxicación

La parálisis causada por intoxicación en perros puede ocurrir debido a la ingestión de sustancias tóxicas como plantas venenosas, alimentos peligrosos (como chocolate o xilitol), o productos químicos. Este es un caso de emergencia que requiere atención veterinaria inmediata. El tratamiento depende de la toxina involucrada y puede incluir inducir el vómito, administrar antídotos, o brindar soporte vital hasta que la sustancia tóxica haya sido eliminada del cuerpo.

Tratamiento para perros con parálisis en las patas traseras

El tratamiento para la parálisis de las patas traseras depende de la causa subyacente. Las opciones pueden incluir cirugía, especialmente si hay una hernia de disco o una lesión en la columna vertebral; medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación; y terapia física para ayudar a recuperar la movilidad. También se pueden recomendar ayudas para la movilidad, como sillas de ruedas para perros, para mejorar la calidad de vida del animal.

Mi perro tiene debilidad en las patas traseras y tiembla

La debilidad y el temblor en las patas traseras pueden ser síntomas de diversas condiciones, incluyendo problemas neurológicos, degeneración muscular, o incluso exposición al frío. Es crucial observar si estos síntomas están acompañados de otros cambios en el comportamiento o en la salud general del perro. Un veterinario puede realizar exámenes para identificar la causa y sugerir el tratamiento más adecuado, que puede variar desde medicamentos hasta terapia de rehabilitación.

Mi perro camina y se va de lado

Si tu perro camina inclinándose hacia un lado, esto puede ser indicativo de problemas de equilibrio, problemas neurológicos, o incluso dolor en alguna parte de su cuerpo que le impide caminar normalmente. Observar otros síntomas como inclinación de la cabeza, dificultad para levantarse, o falta de coordinación puede ayudar al diagnóstico. Es fundamental una evaluación veterinaria para determinar la causa y el tratamiento adecuado, que puede incluir desde medicamentos hasta ejercicios específicos de rehabilitación.

Recuerda, estos son puntos de partida informativos y nunca sustitutos de la consulta veterinaria. Cada caso es único, y solo un profesional puede ofrecer el diagnóstico y tratamiento

 

Equipo redactor de Ortocanis

Cómo actuar ante una fractura de perro

Un atropello o una caída son las causas principales de las roturas de huesos en los perros. También la edad o el estado físico del perro afectarán en mayor o menor medida a la gravedad de la situación. Puesto que algún día podríamos vernos en esta situación, vamos a conocer cómo debemos actuar ante una fractura en un perro.

Qué son las fracturas de hueso

Una fractura es una rotura parcial o total de un hueso. En función de la gravedad y del tipo de fractura, podrá ser visible o no. Así, algunas pueden romper la piel y asomar hacia el exterior, mientras que en otras ocasiones el desplazamiento del hueso queda en el interior de la piel.

Saber actuar ante una fractura es vital, ya que aunque tienen tratamiento, si no actuamos con rapidez podemos poner en peligro la vida del animal. Algunos factores que van a influir en el desencadenante o en la evolución son la edad del perro, el peso, su estilo de vida o las posibles patologías que pueda padecer.

Cómo actuar ante una fractura de perro

La importancia de saber actuar ante una fractura

Como decimos, a veces un accidente no tiene por qué tener mayor repercusión que el daño localizado en sí. Pero para que la gravedad no trascienda, es necesario conocer cómo actuar ante una fractura en un perro.

Si has tenido la suerte de no verte en esta situación pero quieres aprender para no correr riesgos, o si te ha sucedido y no has sabido reaccionar, vamos a conocer los pasos que debemos llevar a cabo para socorrer a un animal herido.

Pide auxilio lo antes posible

Tanto si tenemos conocimientos de primeros auxilios como si no, debemos llamar a un veterinario lo antes posible. Si disponemos de vehículo, es importante trasladarlo con la mayor brevedad posible. En el caso de que no dispongamos de uno, podemos consultar directamente con nuestro veterinario.

Algunas clínicas veterinarios tienen a disposición un servicio de ambulancia para la recogida de animales heridos. Hay que recordar que de igual modo que sucede con las fracturas no visibles, pueden existir otros traumatismos que no llegamos a percibir. Saber actuar ante una fractura o un accidente es fundamental para salvarles la vida.

Inmoviliza la zona

Si se trata de una fractura visible y tenemos conocimientos de primeros auxilios, podemos proceder a inmovilizar la zona. Un periódico o una revista pueden sernos de utilidad. Basta con atarlos o sujetarlos con una venda alrededor de la extremidad fracturada.

Sin embargo, antes de apresurarnos a actuar ante una fractura, debemos preguntarnos si realmente sabemos hacerlo. Si no estamos en posesión de unos conocimientos mínimos sobre el entablillado de una extremidad, es mejor esperar a recibir asistencia. Además de empeorar la situación si hay articulaciones implicadas, podemos causarle dolor al animal.

Modifica su postura si está inconsciente

A veces el animal puede quedar inconsciente, y actuar ante una fractura en estos casos cobra mayor importancia. A la hora de trasladarlo debemos levantarle la cabeza y evitar comprimir o doblar su cuello. Los riesgos mayores que pueden presentarse son asfixia al tragarse la lengua o daños cervicales.

Nuestro veterinario se encargará posteriormente de inmovilizar la zona correctamente o de practicar una cirugía si fuese necesario. Para su recuperación, será necesario utilizar férulas u otros accesorios que protejan la zona.

Consulta los artículos que tenemos disponibles en nuestra tienda y ayúdale a mejorar con rapidez. Cuidarle con cariño y paciencia es tan importante como saber actuar ante una fractura.

Las patas de los perros son una de las zonas más vulnerables de los perros. Por un lado, están en contacto directo con el suelo y pueden sufrir heridas. También están expuestos a golpes o a pisar mal. Y por supuesto, pueden sufrir un problema en las patas, o lesiones por torceduras, malas pisadas, etc. O simplemente, por efecto de la edad.

Por lo tanto, conviene revisar cada cierto tiempo sus extremidades cuidadosamente. También hay que estar atentos ante cualquier cambio de comportamiento. Si, por ejemplo, un perro que es muy activo de repente se vuelve sedentario, o si cambia otros comportamientos, es necesario averiguar el porqué. Para ello, aparte de descartar otras patologías, es necesario revisar sus patas.

Cómo detectar una enfermedad o problema en las patas del perro

Cómo detectar un problema en las patas de un perro

A veces, si un perro tiene un problema en las patas es bastante evidente. De repente empiezan a cojear, o no quieren andar. O les da por lamerse insistentemente una pata. O por dar la sensación de que se la muerden. Entonces, está claro que algo les sucede.

Pero a veces, lo que les sucede no es tan evidente. Pueden estar molestos, pero no quedar claro dónde puede estar el problema. En ese caso, cuando el perro está cómodo, se puede realizar una inspección con cuidado de sus patas. En estos casos, hay que tener cuidado al hacerlo, para no hacerle daño.

Cómo examinar las patas de un perro

Para revisar las patas de un perro en busca de problemas o lesiones, lo más recomendable es comenzar por sus almohadillas. Debido a que están en contacto con el suelo, son algunas de las partes más susceptibles de tener problemas. Al andar, se le puede clavar algo al perro en ellas. O hacerse una herida pequeña, que a simple vista no se aprecia, pero que pueda derivar más adelante en un problema en las patas más serio. También puede tener las almohadillas agrietadas, o un quiste.

Tras revisar las almohadillas y la zona que las rodea, si no se aprecia ningún problema en ellas, hay que revisar las patas. Para ello, es necesario palpar con cuidado cada una de ellas. Se esta manera se podrán apreciar bultos extraños. También golpes que le puedan causar dolor. Si es así, el animal reaccionará cuando lo sienta, e intentará retirar la pata. De ahí lo de revisárselas con cuidado. Para evitar causarle más dolor.

Qué hacer cuando hay un problema en las patas

Siempre que se detecte que un perro tiene un problema en las patas hay que acudir al veterinario. Aunque sea una herida, porque si no cura bien o se infecta, puede degenerar en un problema mayor. Por lo tanto, es aconsejable consultar con un especialista. Y hacerlo, además, sin perder tiempo. Si esperas para acudir con el perro a una consulta, el problema puede agravarse.

El veterinario examinará al animal y decidirá el tratamiento más adecuado en cada caso. Desde una cura de una herida hasta una pequeña cirugía. También podrá indicar si es necesario proteger algún área de las patas afectadas. Por ejemplo, con un soporte para carpo. O, tras una cirugía, con una férula ortopédica. En cualquier caso, siempre deberás seguir las pautas que te indique el especialista.

 

La bursitis de codo es una dolencia más frecuente de lo que pensamos en los perros. Sobre todo en los que tienen tamaño mediano o grande y pelaje corto. No es mas que una inflamación de la bolsa en la que se encuentra el líquido sinovial de ciertas articulaciones. En concreto, de las que tienen un hueco entre los huesos que unen. Es en él en el que se encuentra esta bolsa, que envuelve a las articulaciones. Casi todas las articulaciones del cuerpo de humanos y animales son de este tipo, como la rodilla o el codo. Y es en esta última en la que con más frecuencia se suele dar la bursitis de codo en los perros.

Cómo detectar y tratar la bursitis de codo en los perros

Bursitis de codo en perros: diagnóstico y tratamiento

La aparición de una bursitis en el codo de la pata de un perro de manera espontánea es bastante rara. Normalmente aparecerá tras un golpe fuerte en la zona. O bien tras un golpe ligero pero que se da el animal de manera continua. Cuando se produce, es bastante evidente que al animal le pasa algo. La articulación se empieza a inflamar y el animal tiene problemas para caminar y moverla. Además, comienza a tener dolores.

Lógicamente, cuanto antes se detecte, menos gravedad alcanzará. Para ello conviene explorar con cierta frecuencia las patas del perro y, ante cualquier bulto extraño en sus articulaciones, acudir a un veterinario. Este examinará al animal y le prescribirá el tratamiento más adecuado.

Este tratamiento será distinto en función de diversas variables. Entre ellas, del estado de la bursitis, así como de la presencia o no de ciertas complicaciones. Por ejemplo, de una infección asociada. Por lo general, bastará con poner un vendaje en la extremidad afectada. También puede aconsejar el uso de una órtesis de codo para reducirla.

En los casos en los que haya infección, se tratará además con antibióticos. Si está avanzada, es posible que haya que drenarla, para lo que se empleará una aguja fina. Y si se trata de una bursitis grave, será necesario realizar una intervención quirúrgica para reducirla.

¿Cómo evitar la aparición de la bursitis?

Para prevenir en la medida de lo posible la aparición de la bursitis, hay que evitar los golpes repetitivos. Contra los bruscos y fuertes poco se puede hacer, pero al menos se pueden intentar los otros. Por ejemplo, los que se puede dar cuando se tumba en el suelo. Para evitarlos, se puede colocar una superficie blanda donde el perro acostumbra a echarse.

Evidentemente, si se hace de manera repentina, el perro lo rechazará. Sobre todo si es adulto y no está acostumbrado. Por lo tanto, cuanto antes se empiece a acostumbrarle a dormir sobre un cojín de los que se utilizan como camas para perros, mejor. A ser posible, debe comenzarse cuando el perro es aún un cachorro. Así será más sencillo. Si no lo acepta, se puede probar colocando una alfombra suave donde acostumbre a echarse.

También es aconsejable evitar, en la medida de lo posible, que el perro se eche sobre el asfalto. También sobre la tierra si no hay hierba o césped sobre ella, puesto que al ser dura y presentar una superficie irregular, puede hacerle daño en los codos y desembocar en bursitis.

Los perros que sufren una operación tienen que pasar por un periodo de descanso y cuidados para volver a su vida normal. Por lo tanto, la recuperación de perros requiere cuidados especiales que en muchos casos dependen del tipo de operación que han sufrido.

Independientemente de esto, habrá que tener en cuenta una serie de pautas a seguir cuando el animal sale del veterinario y llega a casa. De esta manera estará más cómodo y su recuperación le resultará más llevadera

Rodillera para perro

Qué hacer para ayudar a la recuperación de perros tras una operación

Mientras el perro está todavía en la clínica veterinaria, conviene ir acomodando su zona de descanso de acuerdo a su estado. Es conveniente mantenerlo especialmente limpio y ventilado. Y lo más tranquilo posible para que el animal pueda estar relajado y sin sobresaltos.

Durante los primeros días, y en función de la gravedad de la operación, es conveniente que no haga mucho ejercicio. Sólo debe salir para hacer sus necesidades. Y en estos casos, no hay que dejarle que se aleje.

También hay que tener mucho cuidado de su herida, y evitar que se la lama. Aunque en muchos casos, que un perro se lama una herida es bueno, si esta tiene puntos no es aconsejable. Podría quitarlos antes de tiempo, y la herida se abriría. Así que, si el animal comienza a lamerse la herida de la operación, hay que hacer todo lo posible para evitarlo.

La manera más sencilla es colocarle un collar que rodee su cabeza, con forma de campana abierta. Este collar, de plástico transparente, impide que pueda hacerlo, y es molesto para el perro. Sin embargo, es la mejor manera de evitar problemas con las heridas.

También hay que recordar darle la medicación que le hayan prescrito. Y hacer que beba abundante líquido. Sobre todo, en las horas posteriores a la operación, para que expulse la anestesia.

Limpieza de la herida

Además de cierta medicación, el veterinario recomendará al propietario de los perros operados cómo hay que cuidar la herida. Sobre todo, cómo tiene que limpiarla para evitar infecciones.

En general, habrá que utilizar para ello una solución antiséptica dos o tres veces al día. Y vigilar con atención la herida para que no haya problemas. Por supuesto, ante cualquier alteración que presente, hay que acudir al veterinario para descartar problemas.

Ayudas externas en operaciones de extremidades

Las operaciones en las extremidades son algunas de las más molestas para los perros. No pocas, además, tardan bastante tiempo en curar. Y algunas incluso requieren rehabilitación específica para que el animal pueda recuperar la movilidad en ella. Siempre y cuando, claro está, que la herida ya esté completamente cerrada y cicatrizada.

En estos casos, el perro puede necesitar algún tipo de soporte o de protector no sólo para evitar hacerse daño. También para poder tener más firmeza en el uso de la pata afectada. Por ejemplo, en el caso de fracturas óseas, puede ser aconsejable ponerle una férula. O sencillamente, un protector o un soporte, que puede ser de rodilla, carpo, tarso, cadera, etc. Con ellos, el perro se sentirá más seguro a la hora de desplazarse.

Cómo identificar el dolor en los perros

De igual modo que les sucede a los humanos, los perros también pueden experimentar dolor y malestar por múltiples motivos. Puesto que ellos no suelen quejarse, debemos saber cómo identificar el dolor para poder llevarles al veterinario.

Cómo identificar el dolor en los perros

Cómo podemos identificar el dolor

Muchos perros no exteriorizan su malestar. Por tanto, hay que prestar atención a su comportamiento para darnos cuenta de si les pasa algo. Si nos fijamos en los detalles, podremos identificar el dolor que estén experimentando y tomar medidas. A continuación vamos a conocer varias señales que pueden esconder un problema.

Se esconden

Cuando los perros sienten miedo tienden a esconderse. Esto lo hacen para refugiarse en algún sitio tranquilo en el que se sientan a salvo. También, cuando se encuentran mal, utilizan este recurso, como medio para descansar y soportar mejor la enfermedad o recuperarse de lesiones. Aunque también se debe a un instinto que les hace protegerse de los depredadores cuando se encuentran débiles.

Así, si observamos que nuestro perro se está escondiendo bajo la cama o los sofás, es una señal para identificar el dolor. Si no hay ruidos externos atípicos ni visitas en casa, puede ser un buen momento para llevarle al veterinario.

Pérdida del apetito

Dicen que cuando el cuerpo está enfermo solicita menos comida para centrarse en combatir el virus que lo ataca. Los perros también muestran este comportamiento, por lo que es una ayuda para identificar el dolor o malestar.

Cuando no se superan las 24 horas sin comer no se considera grave. Sin embargo, es conveniente que el perro se mantenga al menos hidratado. Si esta actitud de inapetencia persiste y no logramos identificar el dolor, debemos acudir al veterinario.

Cojeras o dificultad para andar

La señal más evidente para identificar el dolor en los perros es la cojera. Cuando algo les duele o molesta pisan con dificultad o levantan una de las patas. No obstante, puesto que su resistencia es bastante fuerte, hay que observarles con regularidad. De lo contrario, una cojera leve podría pasar desapercibida y no podríamos identificar el dolor.

Una cojera puede deberse a que han pisado algún objeto pequeño y se les ha quedado entre los dedos, se han cortado o se han hecho una lesión más grave como un esguince o una fractura. En estos casos será el veterinario quien haga el diagnóstico.

Aumento del sueño

Otra señal para identificar el dolor es el aumento de las horas de descanso. Hay ciertas épocas, como los cambios estacionales, en los que podemos necesitar dormir más. Pero cuando esta actitud persiste y afecta a su interés por el juego e incluso los paseos, hay que preocuparse.

Podemos probar a darles otros estímulos y así identificar el dolor en caso de que exista. Si continúa sin responder lo más recomendable es llevarles al veterinario para que determinen allí qué les sucede.

Gemidos y ladridos

Otra de las señales más evidentes para identificar el dolor en los perros son sus propias quejas. Aunque no es lo más frecuente, algunos pueden lloriquear o gemir para llamar nuestra atención. Por otra parte, pueden ayudarnos a localizar la molestia, ya que al palpar la zona dolorida probablemente se quejarán.

Para poder identificar el dolor en los perros tenemos que volvernos observadores. De esta manera, ninguna molestia pasará desapercibida y podremos tratarles con rapidez. Recuerda que cuanto antes localicemos un problema, mayores serán las probabilidades de recuperarse correctamente.

Ayudas para perros con artrosis

Cómo tratar las fracturas de hueso en los perros

Cuando hablamos de fracturas sabemos que hacen referencia a un hueso roto. Sin embargo, no todas las fracturas de hueso en los perros son iguales ni resultan tan evidentes como pensamos. Aprende a detectarlas y a darles el tratamiento adecuado para acelerar la recuperación.

Cuáles son los tipos de fracturas de hueso en los perros

Las fracturas de hueso en los perros se agrupan en diferentes tipos en base a sus características. De este modo, podemos distinguir entre las cerradas, las compuestas, la fractura epifisiaria y las que son en tallo verde.

Cuando se trata de una fractura cerrada, la piel se encuentra en estado normal. Es decir, no, aunque hay una rotura, no hay señales en la superficie de la zona afectada. Sin embargo, las fracturas de hueso en los perros compuestas sí que presentan una rotura también de la piel, a través de la cual aquel sale hacia el exterior.

Estas fracturas de hueso en los perros presentan un riesgo muy alto. Al sobresalir, está en contacto con gérmenes del exterior, lo que pude dar lugar a una infección. Puesto que nos permiten detectarlas fácilmente, debemos acudir al veterinario de inmediato.

En cuanto a los otros dos tipos de fracturas de hueso en los perros, las de tallo verde con pequeñas fisuras. Esto es, el hueso no ha llegado a romperse. Y las epifisarias son las que se producen en zonas de hueso blanda en perros que aún están creciendo. Se les llama placas de crecimiento y son las partes que van aumentando de tamaño.

Salvo las de tallo verde que no llegan a ser fracturas, las demás pueden ser a su vez simples o compuestas. En las primeras el hueso se rompe en un par de pedazos únicamente, mientras que en las compuestas lo hace en más.

Tratamiento de las fracturas de hueso en los perros

Lo más importante para evitar que el daño vaya a más es detectar las fracturas de hueso en los perros a tiempo. De lo contrario, podrá afectarle a la movilidad o al funcionamiento de su cuerpo. A la hora de tratarla, varios factores influirán, como la edad, el tamaño del animal, la zona de la fractura y el tipo de la misma.

Por norma general se realizará una radiografía de la parte afectada y se valorará así la posibilidad de realizar cirugía. En cualquier caso, esta zona deberá ser inmovilizada una vez que el hueso esté alineado. Así permitiremos que vuelva a sellarse y a funcionar correctamente.

Si se trata de un hueso importante, y especialmente en las extremidades, en muchos casos habrá que seguir una rehabilitación cuando haya soldado. Gracias a ella el animal irá recuperando la movilidad y la fuerza. Al haber estado inmovilizado, la musculatura suele debilitarse, por lo que hay que reactivarla de manera paulatina.

En Ortocanis tenemos disponibles férulas ortopédicas de diferentes tipos que nos ayudarán a tratar las fracturas de hueso en los perros. Además, puedes encontrar colchonetas para la rehabilitación y varias opciones para la recuperación de la fuerza. ¡Recuerda acompañarlas todas de mucho amor y paciencia!

Todo lo que necesitas saber sobre la rehabilitación para perros

Si tu mascota tiene una lesión y quieres acelerar su recuperación, tal vez te interese la rehabilitación para perros. Hoy te contamos todo lo que necesitas saber sobre estos tratamientos.

No hay nada peor que ver a nuestro mejor amigo sufrir. Un perro lesionado está más inactivo que de costumbre. Se le nota el dolor en los movimientos, cómo quiere correr y saltar como siempre y la tristeza que le produce no poder hacerlo. En esos momentos, harías lo que fuera por ayudarlo a volver a estar sano. ¿Te has planteado la rehabilitación para perros?

Todo lo que necesitas saber sobre la rehabilitación para perros

¿En qué consiste la rehabilitación para perros?

Al igual que ocurre con los humanos, la rehabilitación para perros consiste en una serie de ejercicios y tratamientos coordinados con un profesional fisioterapeuta. Estos tratamientos están pensados para aliviar el dolor de la lesión, acelerar la recuperación y dar pautas y ejercicios para fortalecer la parte afectada para recuperar la normalidad. Hay varios tipos de terapia de rehabilitación para perros. Algunas son terapias de calor, masajes, ejercicios con equipamiento de pilates, con circuitos… ¿Te sorprende? Los tratamientos de rehabilitación para perros son muy parecidos a los de los humanos. Porque, al fin y al cabo, no somos tan distintos de nuestros amigos de cuatro patas.

¿Para qué sirve la rehabilitación para perros?

Tal vez te estés preguntando: «De acuerdo, eso suena bien, quiero que mi perro se recupere lo antes posible. Pero ¿de verdad funciona la rehabilitación para perros? ¿Qué puede ofrecerle un terapeuta a mi mascota?». Bien, debes saber que la rehabilitación para perros tiene muchos beneficios para tu mejor amigo.

  • Disminución del dolor. Gracias a los masajes y a terapias como la de calor, los músculos y huesos de los perros se alivian y se relajan. De esta forma, perros con males como una hernia discal u otras lesiones pueden empezar a fortalecer de nuevo sus partes dañadas gracias a una actividad que ya no será tan dolorosa.
  • Retraso de la atrofia. La inmovilidad de una lesión acaba causando otros problemas asociados, como la atrofia o el aumento de peso. Con la rehabilitación para perros mantendrás a tu mascota en movimiento y en forma. En cuanto esa lesión se le cure, estará listo para volver a correr.
  • Reeducación del movimiento. Algunas lesiones físicas o psíquicas dañan seriamente la movilidad de nuestras mascotas. La rehabilitación para perros puede activar los músculos dañados, recuperar el equilibrio y mejorar la coordinación. Incluso se han dado casos de perros con movilidad reducida por, por ejemplo, lesiones neurológicas que, con mucho trabajo y cariño de su dueño y el terapeuta, han podido volver a ser independientes y activos.

Como ves, son múltiples los beneficios de la rehabilitación para perros. Con la ayuda de un terapeuta profesional, podrás mejorar mucho la calidad de vida de tu mascota. No dejes que esa lesión le impida llevar una vida feliz y activa. Si tu perro está sufriendo las secuelas de una lesión, no lo dudes más. Contacta con un centro especializado en rehabilitación para perros y cuida de su salud desde hoy mismo.

¿Has visto alguna vez a alguien paseando a un perro llevándolo sujeto con un arnés terapéutico? Hoy te explicaremos las propiedades del arnés para perros.

Cuando se habla de un arnés para perros, probablemente estés pensando en ese sistema de sujeción alternativo al collar. Y sí, efectivamente, eso también es un arnés. Pero hoy queremos hablarte de un tipo de arnés para perros muy especial. ¿Quieres saber por qué?

Porque esos arneses permiten a los perros recuperar su movilidad. Gracias a esos artilugios, nuestros mejores amigos pueden sobreponerse a las lesiones, acelerar la rehabilitación y tener toda la alegría de cuando están sanos. ¿Quieres saber cómo?

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Arnés para perros terapéutico: ¿cómo funciona?

El arnés para perros con propiedades terapéuticas funciona, por así decirlo, como una sujeción para el perro. El dueño le pasa por debajo de la parte del cuerpo que tiene la movilidad dañada (patas traseras, patas delanteras) de manera que queden las asas hacia arriba. De esta forma, se crea un efecto de sujeción. El dueño carga con parte del peso del perro para que este no sea un impedimento.

Esto hace que el perro se note más ligero y recupere parte de su agilidad. Imagina, por ejemplo, un perro con una pata trasera dañada. Cada vez que carga su peso, se hace daño, por lo que deja de hacer ejercicio y al final todo su cuerpo se resiente. Cada vez es más difícil que ese perro recuperer su buen estado de salud.

Con un arnés para perros para las patas traseras, el dueño de ese perro le descarga de parte de su propio peso. De esa forma, al no tener nada que presione su lesión, el perro puede volver a ejercitar la musculatura sin forzarla. Gracias a ello, recuperará mucho antes la movilidad y los días de la lesión serán un recuerdo lejano.

Perros que no recuperarán la movilidad

Pero hay otro tipo de perro que puede beneficiarse del arnés para perros: aquellos que nunca recuperarán su movilidad. Las sillas de ruedas para perros les dan la posibilidad de moverse con libertad y tener una vida digna y relativamente cómoda, pero, al fin y al cabo, van unidos a algo que se les hace incómodo y pesado.

arnes-de-soporte-para-perroUn arnés para perros es una forma de devolverle de vez en cuando esa sensación de libertad. Gracias a la sujeción de su sueño, el perro tiene la sensación de poder volver a correr de manera autónoma sobre sus cuatro patas. Verás cómo tu mejor amigo se agita con felicidad al volver a sentirse libre y ligero para correr y jugar durante un rato. Un rato que para él lo significa todo.

Los perros necesitan moverse para poder llevar una buena vida. No se trata solo de la alegría que sienten al correr y jugar. Una buena actividad física es crucial para evitar que se lesiones, se atrofien o contraigan enfermedades relacionadas con el sedentarismo. Un arnés para perros es una excelente manera de darle a tu mascota la oportunidad de vivir más sano y más feliz.