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Definición
La hernia discal es una enfermedad neurológica que afecta a la columna vertebral, cuándo parte del disco intervertebral presiona o entra en la médula espinal.
El perro tiene 7 vértebras cervicales, 13 torácicas, 7 lumbares, 3 sacrales y dependiendo de cada raza 20-23 vértebras de la cola. Los discos intervertebrales actúan como amortiguadores entre las vértebras que forman la columna y al mismo tiempo le dan su movilidad.
Dos tipos de hernia y sus síntomas
Se diferencia principalmente entre dos tipos de hernia discal: Protrusión y Diskus extrusión.
Se habla de una Protrusion cuándo el disco intervertebral se desplaza y presiona así a la médula espinal pero el tejido de dicha está intacto. El perro manifiesta dolor, anda de manera rara, a veces con la espalda encorvada y puede arrastrar un poco las patas.
La Extrusión significa que el tejido del disco se ha roto y el material del disco ha entrado y ha dañado la medúla. En éste caso los síntomas pueden ser parecidos a la de la Protrusion pero más graves. Dependiendo de la localización de la hernia provoca la parálisis de las extremidades anteriores y/o posteriores. El perro pierde sensibilidad en ésas extremidades, lo que se manifiesta en la ausencia de dolor, no se mantiene de pie y empieza a arrastrarse. También puede parecer de incontinencia.
¡¡ Lo más importante en esos casos es el rápido diagnóstico y la intervención del veterinario!!
Una leve Protrusión se puede tratar con medicamentos y un reposo casi absoluto, en cambio una Extrusión se tiene que operar para sacar el material del disco de la médula.
Pero cuidado – cada caso de hernia discal es diferente y depende mucho de su localización, hasta que grado ha presionado o dañado a la médula y cuánto tiempo ha pasado entre el primer síntoma y el diagnóstico. Por eso es muy importante elegir un buen neurólogo.
La fisioterapia – recuperación
En ambos casos la fisioterapia es muy importante para una buena y más rápida recuperación del animal.
Varios métodos de masaje ayudan a estimular el sistema periférico y aumentan la circulación de la sangre. El movimiento pasivo de las articulaciones previene la pérdida de movilidad en las extremidades afectadas. La electroterapia detiene la atrofia muscular y es la única manera pasiva de aumentar la masa muscular.
Cuándo el perro ya se mantiene de pie se aplican varios ejercicios activos para mejorar la estabilidad, el equilibrio y la coordinación.
El propietario debe cuidar mucho la alimentación de su perro durante la recuperación y consultar el veterinario, dado que la pérdida de movilidad y la misma cantidad de alimento le llevan a un aumento de peso – cosa que se debe evitar de todas maneras. Cada gramo de más le hacen más difícil al perro levantarse y volver a caminar.
En caso de una hernia cervical se recomienda el uso de un arnés para evitar bruscos movimientos en ésta zona y además elevar los cuencos de comida y agua para que el perro no tenga que agacharse mucho.
Andrea Klein
Fisioterapeuta de animales
Colaboradora de Ortocanis.com