La displasia de cadera en perros es una de sus enfermedades óseas hereditarias más frecuentes. No se trata de una enfermedad congénita, y tampoco hay signos de que el animal la sufre cuando nace. Se desarrolla a medida que el perro va creciendo, y no es frecuente que aparezca en sus tres primeros meses de vida. Es a partir del cuarto o quinto cuando empieza a hacer su aparición.
Es una afección degenerativa y se produce por una malformación en la articulación que une la cadera y la cabeza del fémur. Generalmente es dolorosa y puede ocasionar cojera, así como problemas para que el animal se siente correctamente. A medida que la enfermedad va avanzando, el perro se desplazará con más dificultad. Le irá costando cada vez más, por ejemplo, subir escaleras. En casos ya más graves, incluso dejará de correr o hasta de andar.
Esta enfermedad, más frecuente en razas de tamaño mediano o grande, puede verse potenciada por factores como el sobrepeso. También se acentuará más si el perro afectado hace mucho ejercicio. Afortunadamente, existen varias soluciones para corregir la displasia de cadera en perros. En general, variarán en función de la gravedad de la enfermedad cuando sea diagnosticada.
¿Cómo Saber si Mi Perro Tiene Displasia de Cadera?
La displasia de cadera es una afección común en perros, que se desarrolla a medida que crecen. Afecta principalmente a razas medianas y grandes. Los signos iniciales incluyen cojera y dificultad para sentarse. A medida que avanza, el perro podría tener problemas para moverse, especialmente al subir escaleras.
Las soluciones más habituales a la displasia de cadera en perros
Como hemos mencionado, el tratamiento del animal afectado debe ir en función de la gravedad de la displasia. Hay dos tipos: los que tratan de evitar que avance la enfermedad y de tratar que no vaya a más y los quirúrgicos. Estos últimos son más radicales, y más indicados en los casos graves.
Los tratamientos del primer tipo, considerados conservadores, pasan por administrar medicamentos específicos para el avance de la artrosis, denominados condroprotectores, al perro. Este tratamiento es de larga duración, y está pensado para ralentizar su avance. Además, puede estar complementado con antiinflamatorios, analgésicos y con un soporte de cadera.
El uso de un soporte de cadera no sólo hace que el perro afectado por la enfermedad tenga menos molestias. También tendrá menos dolor, lo que hace posible rebajar su dosis de antiinflamatorios. A esto también contribuye la vigilancia de la dieta del animal, para evitar que coja peso.
En casos más graves, o cuando el veterinario decida que es lo más apropiado, es aconsejable optar por una solución quirúrgica
Tratamientos curativos para la displasia de cadera en perros
Todos los tratamientos encaminados a la curación de la displasia de cadera en perros pasan por el quirófano. Eso sí, también pueden ser paliativos.
Entre los curativos están la triple osteotomía de pelvis, que consiste en su recolocación y la sustitución de la cadera por una prótesis. Este último procedimiento es similar al que se lleva a cabo en los humanos. Pero, como hemos dicho, también los hay paliativos, como la sustitución por excesión de la cabeza del fémur.
Los perros que sufran una caso grave de displasia de cadera y no puedan andar, o bien los que se estén recuperando de una operación, pueden utilizar una silla de ruedas creada especialmente para este tipo de casos. Se trata de aparatos que se pueden hacer a medida en pocos días, o bien de soportes ajustables a las dimensiones del animal.
Con ellas, los perros con esta enfermedad podrán no solo desplazarse, sino utilizarlas como ayuda para recuperar movilidad y tono muscular.
Tratamiento para Displasia de Cadera en Perros Viejos
Existen múltiples opciones de tratamiento. La elección depende de la severidad de la enfermedad al momento del diagnóstico.
Tratamientos Conservadores
Los tratamientos conservadores se enfocan en aliviar el dolor y frenar el avance de la enfermedad. Incluyen:
- Condroprotectores. Ayudan a ralentizar el avance de la artrosis.
- Antiinflamatorios y Analgésicos. Reducen el dolor y la inflamación.
- Soporte de Cadera. Proporciona alivio y puede reducir la necesidad de antiinflamatorios.
- Control del Peso. Una dieta adecuada es vital para minimizar la presión sobre las articulaciones.
Tratamientos Quirúrgicos
En casos graves, se considera la cirugía. Los procedimientos pueden ser curativos o paliativos:
- Triple Osteotomía de Pelvis. Reubica la pelvis para aliviar el dolor.
- Sustitución Total de la Cadera. Similar a los procedimientos en humanos, reemplaza la articulación dañada.
- Exéresis de la Cabeza del Fémur. Procedimiento paliativo para mejorar la calidad de vida.
Soporte Postoperatorio
Los perros en recuperación o con dificultades severas de movilidad pueden beneficiarse de sillas de ruedas especializadas. Estos dispositivos facilitan la movilidad y ayudan en la recuperación del tono muscular.
Equipo de redactor de Ortocanis