Es uno de los instrumentos más utilizados en fisioterapia. Se trata de un aparato que emite ondas acústicas de frecuencias mucho más altas que las audibles por los seres humanos. Las frecuencia que se utilizan como herramienta terapéutica es de 1×106 Hercios, es decir 1 Mega-Hercio (MHz), así que no son audibles por ningún mamífero.
Habitualmente en las clínicas y hospitales veterinarios se utilizan los ultrasonidos para las exploraciones ecográficas que usan el mismo tipo de onda. La diferencia es la potencia, la frecuencia y el tiempo de aplicación.
En terapéutica utilizamos frecuencias de 1MHz para tratamientos profundos, hasta 8 cm y frecuencias de 3MHz para problemas más superficiales. La potencia oscila entres los 0.2 y 3 Watios /centímetro cuadrado.
Efectos sobre los tejidos:
El principal efecto del ultrasonido sobre los tejidos es antiinflamatorio. Habitualmente lo utilizamos en tendones, articulaciones o musculatura inflamada; tiene excelentes resultados tanto en lesiones agudas como lesiones crónicas, si bien debemos ajustar las potencias.
El efecto antiálgico es otro de los más buscados en rehabilitación, normalmente cuando desinflamamos una estructura conseguimos reducir la presión en los nociceptores que son los receptores en el cuerpo que envían las señales dolorosas, al reducir la presión en estos receptores, reducimos su estimulación y por lo tanto disminuyen la intensidad de las señales que envían hasta desaparecer. Si no hay señal de dolor, no hay percepción del mismo.
Cuando tenemos una fibrosis en los diferentes tejidos blandos: músculos, tendones o ligamentos, podemos aplicar ultrasonidos continuos y luego pulsantes a máxima potencia. Así encontraremos un buen efecto desfibrosante.
Otra de las aplicaciones clásicas de los ultrasonidos es la aplicación en contracturas musculares, con el ultrasonido podemos reducirlas e incluso eliminarlas.
Los ultrasonidos continuos generan calor por la vibración de las moléculas y tanto el pulsante como el continuo aumentan la permeabilidad de la membrana, que es lo que favorece junto con la movilización de las moléculas el efecto antiinflamatorio.
Aplicación:
Hay que aplicar los ultrasonidos moviendo el cabezal todo el rato que dura el tratamiento ya sea haciendo pequeños círculos o bien siguiendo de forma rectilínea el sentido de los tejidos tratados. Si no lo hacemos así, especialmente en modo continuo, podemos dañar los tejidos y producir quemaduras de importancia.
Hay que utilizar un medio de contacto, bien gel de contacto o bien directamente en inmersión directa (ultrasonidos sub-acuáticos).
También es importante tener en cuenta el pelo del animal, este dificulta la transmisión de los ultrasonidos y por lo tanto es muy interesante poder rasurar al perro antes de aplicar la sesión de ultrasonidos
Tiempo aproximado entre 5 y 15 minutos
Potencia entre 0.2 y 3 Wats/cm2
Hay diferentes medidas de cabezal según las necesidades.
Indicaciones:
Los ultrasonidos los podemos utilizar en cualquier patología del perro que curse con dolor articular o de tejido blando, como son las tendinitis, las bursitis, las artritis, las contusiones o hematomas importantes.
También podemos utilizar ultrasonidos en problemas crónicos como son la displasia de cadera, la displasia de codo, artrosis de rodilla, o artrosis de cadera.
Todas las intervenciones quirúrgicas producen una inflamación de los tejidos que han sido intervenidos, el ultrasonido es una muy buena herramienta para controlar la inflamación y los problemas postquirúrgicos como la rotura del ligamento cruzado craneal, luxación de rótula u otras.
Equipo técnico de Ortocanis