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El moquillo en los perros y su tratamiento

El moquillo en los perros es una enfermedad de tipo vírico de gravedad. Si bien la sintomatología es variada, una de las señales más claras es la debilidad en las patas traseras. En caso de contagio, debemos actuar con rapidez, ya que puede ser letal. Te contamos cuál es su tratamiento.

Qué es el moquillo en los perros y cómo se contagia

El virus RNA, perteneciente a la familia de los Paramyxoviridae, es el causante de una de las enfermedades más contagiosas y de mayor peligro. Más conocida como moquillo en los perros, se contraer por contacto directo con uno que esté infectado. Los síntomas no aparecen de manera inmediata ya que previamente hay un período de incubación entre 14 y 18 días.

No todas las cepas del moquillo en los perros tienen la misma virulencia. Por lo tanto, cada cuadro clínico tiene su propia gravedad y evolución. La réplica se produce en el tejido linfoide, y causa así la inmunodepresión en el animal. A partir de ahí va avanzando e infecta al sistema nervioso central. Al llegar a este punto es cuando podemos observar la debilidad en las patas traseras.

El moquillo en los perros afecta principalmente a los cachorros entre los 3 y los 6 meses, al tener su sistema inmune más débil. No obstante, también pueden contagiarse perros de una edad más avanzada.

Sintomatología del moquillo en los perros

Los síntomas iniciales del moquillo en los perros son muy variados, e incluyen la rinitis, las descargas mocopurulentas, la tos, la conjuntivitis, vómitos o diarrea, fiebre, deshidratación, anorexia o adelgazamiento y neumonía (debido a infecciones secundarias por bacterias), entre otros.

Cuando la enfermedad alcanza el sistema nervioso central aparecen otro tipo de síntomas. Estos son la encefalitis, que es la responsable de la debilidad en las piernas, temblores y diversas parálisis, así como convulsiones y ceguera.

La encefalitis, cuando afecta a los perros adultos, puede darse de dos maneras diferentes. En primer lugar, como encefalitis multifocal, cuya característica principal es la incoordinación, la cabeza ladeada, la parálisis facial y los temblores, así como la mencionada debilidad en las patas traseras. Este tipo de moquillo en perros aparece entre los 4 y los 8 años, y evoluciona hacia una parálisis, aunque pueden llegar a recuperarse.

En segundo lugar, cuando se trata de perros de edad avanzada, es decir, mayores de 6, aparece un déficit visual, así como depresión mental, modificaciones de la personalidad, torneo y también incapacidad para sostener la cabeza. La recuperación es compleja en estos casos.

El moquillo en los perros y su tratamiento

Tratamiento del moquillo en los perros

No existe actualmente ningún tratamiento específico para el moquillo en los perros. Aunque sí existe una manera de prevenir el contagio y que es a través de la vacunación. En el caso de que se produzca un contagio, es imprescindible el aislamiento para evitar propagar la enfermedad.

Para las infecciones secundarias se administrarán antibióticos, y para la sintomatología específica del moquillo en los perros, los antiinflamatorios y los antipiréticos. Existen también medicamentos para las convulsiones. Además de todo ello, nos aseguraremos de que el animal come y bebe para no deshidratarse.

En lo que respecta a la calidad de vida del animal, podemos ayudarle con la movilidad utilizando arneses específicos, así como sillas de ruedas llegado el caso. Si necesitas asesoramiento para elegir los adecuados, puedes ponerte en contacto con nosotros.

La discapacidad motora en los perros suele llevar acarreadas otras patologías. Sobre todo, si los problemas los tienen en las patas traseras, lo que les provoca dificultades graves de movilidad. Esto les acarrea más problemas. Entre ellos están las úlceras por falta de movimiento y los problemas óseos por las posturas y desplazamientos forzados. Ambos problemas son visibles a simple vista, por lo que es habitual actuar sobre ellos con rapidez. Otros no son tan evidentes, como los problemas de esfínteres.

Para el primero hay que proporcionar cuidados especiales a la piel del animal. En el caso de los problemas óseos, una silla de ruedas adaptada es la solución. No sólo porque el animal podrá desplazarse con una normalidad casi total. También porque podrá mantener su postura natural. Así evitará deformaciones óseas y problemas de columna. Pero en el caso de los problemas del control de esfínteres, dado que no son tan evidentes, hay que tomar precauciones adicionales. ¿Qué se puede hacer para paliar los problemas que esto conlleva?

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Problemas de esfínteres en perros: higiene ante todo

Cuando un perro con problemas de movilidad no controla sus esfínteres, dejará entre otras cosas de controlar la orina. También las heces. Por tanto hay que evitar que sus patas traseras y la parte posterior de su columna estén en contacto con los excrementos. Será necesario, por tanto, extremar la higiene en estas zonas.

Muchos propietarios de perros les suelen colocar pañales para evitar escapes o problemas de higiene en casa. También puede funcionar el colocar empapadores en su cama para que recojan la orina. Si el perro es hembra, se le pueden colocar braguitas especiales lavables para evitar el goteo. Si es macho, una faja antigoteo especial.

Si el perro lleva pañales hay que quitárselos todos los días durante unas horas para evitar problemas en la piel por las zonas que cubre el pañal. Además hay que cambiárselos con cierta frecuencia. Generalmente, es bueno quitárselos cuando se les saca de paseo. Pero también hay que mantener muy limpias sus posaderas. Para ello, además de limpiarle con agua y jabón, se pueden utilizar toallitas húmedas o gasas empapadas en suero fisiológico.

Infecciones de orina

Cuando un perro no tiene movilidad en sus patas traseras puede sufrir enfermedades derivadas de su estado. Entre ellas, varias infecciones. De ellas, las más frecuentes son las de orina. Esto se debe a que, por falta de movilidad, su vejiga no llega a vaciarse por completo. Por lo tanto, siempre hay líquido retenido en su interior, lo que lleva a la infección.

Para evitar males mayores a los perros con parálisis, hay que estar atentos al aspecto de su orina. Si se aprecian en ella cambios de color o de olor, pueden ser indicios de una infección de orina. En estos casos es necesario, más que aconsejable, consultar con el veterinario para que examine al animal.

Será quien decida el tratamiento más adecuado para él. Incluso puede que decida vaciar su vejiga, un procedimiento delicado que únicamente deben llevar a cabo veterinarios. En casos de infecciones recurrentes, puede que aconseje un vaciado periódico de la vejiga para intentar reducir el número de infecciones.

La parálisis en perros, que hace que el animal no pueda mover las patas traseras, las delanteras, o las cuatro, tiene diversos orígenes. La puede causar un traumatismo, pero también una enfermedad. También puede ser gradual o repentina, ser irreversible u ofrecer posibilidades de mejora o curación.

Silla de ruedas para perro Ortocanis

Silla de ruedas para perro Ortocanis

En cualquier caso, será necesario proporcionar al animal todos los cuidados necesarios para facilitar su recuperación. Para ello resulta fundamental conocer la causa de la parálisis para aplicar el tratamiento más adecuado. No sólo podríamos paliar sus síntomas, sino revertirlos en determinados casos, y de no ser posible, proporcionarle la mayor calidad de vida posible.

Principales causas de la parálisis en perros

Fundamentalmente, la parálisis en perros la provoca o bien un traumatismo o una enfermedad. Esta puede ser congénita o infecciosa. Entre las enfermedades congénitas que provocan parálisis en los perros, sobre todo en las extremidades posteriores, está una patología degenerativa de los discos intervertebrales. Los perros que la padecen, normalmente producto de la edad, van perdiendo movilidad, dado que la membrana que rodea a su médula espinal se va descomponiendo progresivamente.

En cuanto a las enfermedades infecciosas que provocan parálisis, hay dos que resultan especialmente peligrosas. Son la rabia y el moquillo. Por otro lado, puede que el animal que experimenta una parálisis tenga un tumor en alguna parte de su cuerpo que le afecte a la movilidad. Por ejemplo, si tiene uno en la espina dorsal, puede afectar a las extremidades.

Además, el perro puede sufrir parálisis por una lesión en el cuello o en la médula espinal. Generalmente, este tipo de lesiones son producto de un golpe fuerte o de un accidente. En estos casos, la parálisis suele ser permanente.

En muchas ocasiones el perro no desea moverse porque tiene dolor. Es común encontrarnos casos de lesiones de ligamentos o artrosis donde el perro evita utilizar la extremidad afectada. No hablaríamos de una parálisis en sí pero debemos conocer estos casos ya que son mas frecuentes. Normalmente veremos que el animal se queja si manipulamos la zona afectada. En estos casos el veterinario nos podría recomendar la utilización de una ortesis.

En otro orden de cosas, la parálisis en perros puede también ser psicológica, como producto de un shock. En estos casos, dado que no hay lesiones en la médula, la parálisis será temporal. La puede causar también la ingesta de alimentos en mal estado, contaminados con toxina botulímica. Incluso puede ocasionarla la picadura de algún insecto, puesto que hay animales que con una picadura pueden ocasionar parálisis en perros. Es el caso de algunas familias de garrapata.

Síntomas y tratamiento de la parálisis en perros

Además de imposibilidad de caminar, la parálisis en perros puede tener otros síntomas. Por ejemplo, las dificultades para levantarse. También puede ser un indicador que el animal no pueda orinar, o que tenga problemas para poder controlar la orina. En este último caso, esta goteará constantemente. Esto también puede sucederle al animal a la hora de defecar. Además, también puede caminar con dolor o como si estuviese mareado.

En estos casos, lo más recomendable es llevar al animal al veterinario para que lo examine y decida la mejor forma de ayudarle. En caso de que sufra incontinencia aparte de parálisis, habrá que mantenerlo lo más limpio posible. Así se evitará que el animal tenga infecciones (y olores no deseables). En estos casos se pueden utilizar pañales especiales para perros y abrigos protectores.

Por otra parte, hay que procurar que descanse de la manera más cómoda posible. Para ello es recomendable utilizar una cama ortopédica para perros. Además de proporcionarles un mejor descanso, estas camas están diseñadas para repartir el peso del animal, evitar puntos de presión y úlceras en la piel debido a un uso prolongado.

En cualquier caso, tener una parálisis no es en la actualidad un obstáculo para que los perros sigan moviéndose y disfrutando. Existen sillas de ruedas adaptadas a ellos, con las que, si cuentan con movilidad en las patas delanteras, pueden seguir caminando y moviéndose como si les funcionasen bien las cuatro patas.

Preguntas Frecuentes

Mi perro cojea de una pata, pero no le duele

Aunque tu perro no muestre signos de dolor, la cojera indica que algo no está bien. La cojera puede ser resultado de una lesión, una infección, una inflamación o incluso problemas articulares como la artritis. A veces, los perros ocultan su dolor debido a su instinto, así que es importante llevarlo al veterinario para un examen completo. El tratamiento variará según la causa, pero el descanso es generalmente recomendado en los primeros días.

Por qué mi perro no puede caminar con las patas traseras

La incapacidad para caminar con las patas traseras puede ser un signo de una condición grave como una enfermedad degenerativa del disco, problemas neurológicos, lesiones en la columna vertebral, o incluso una enfermedad vascular. Este síntoma requiere atención veterinaria inmediata para diagnosticar la causa subyacente y comenzar el tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos, cirugía, o terapia física.

Mi perro cojea de una pata delantera

La cojera en una pata delantera puede ser causada por varias razones, incluyendo lesiones (como esguinces o fracturas), infecciones, inflamación de las articulaciones, o problemas en las almohadillas de las patas. Es importante observar cualquier otro síntoma como hinchazón, enrojecimiento, o sensibilidad al tacto, y consultar a un veterinario para un diagnóstico y tratamiento adecuados. El reposo y evitar el esfuerzo físico son recomendaciones comunes hasta la consulta veterinaria.

Parálisis en perros por intoxicación

La parálisis causada por intoxicación en perros puede ocurrir debido a la ingestión de sustancias tóxicas como plantas venenosas, alimentos peligrosos (como chocolate o xilitol), o productos químicos. Este es un caso de emergencia que requiere atención veterinaria inmediata. El tratamiento depende de la toxina involucrada y puede incluir inducir el vómito, administrar antídotos, o brindar soporte vital hasta que la sustancia tóxica haya sido eliminada del cuerpo.

Tratamiento para perros con parálisis en las patas traseras

El tratamiento para la parálisis de las patas traseras depende de la causa subyacente. Las opciones pueden incluir cirugía, especialmente si hay una hernia de disco o una lesión en la columna vertebral; medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación; y terapia física para ayudar a recuperar la movilidad. También se pueden recomendar ayudas para la movilidad, como sillas de ruedas para perros, para mejorar la calidad de vida del animal.

Mi perro tiene debilidad en las patas traseras y tiembla

La debilidad y el temblor en las patas traseras pueden ser síntomas de diversas condiciones, incluyendo problemas neurológicos, degeneración muscular, o incluso exposición al frío. Es crucial observar si estos síntomas están acompañados de otros cambios en el comportamiento o en la salud general del perro. Un veterinario puede realizar exámenes para identificar la causa y sugerir el tratamiento más adecuado, que puede variar desde medicamentos hasta terapia de rehabilitación.

Mi perro camina y se va de lado

Si tu perro camina inclinándose hacia un lado, esto puede ser indicativo de problemas de equilibrio, problemas neurológicos, o incluso dolor en alguna parte de su cuerpo que le impide caminar normalmente. Observar otros síntomas como inclinación de la cabeza, dificultad para levantarse, o falta de coordinación puede ayudar al diagnóstico. Es fundamental una evaluación veterinaria para determinar la causa y el tratamiento adecuado, que puede incluir desde medicamentos hasta ejercicios específicos de rehabilitación.

Recuerda, estos son puntos de partida informativos y nunca sustitutos de la consulta veterinaria. Cada caso es único, y solo un profesional puede ofrecer el diagnóstico y tratamiento

 

Equipo redactor de Ortocanis

La habilidad de un perro para moverse y realizar sus actividades diarias depende de la capacidad del cerebro, la columna vertebral, los nervios, y los músculos para coordinarse en conjunto.

Este complejo sistema de comunicación intercambia información cuando los nervios en el cerebro envían mensajes hacia el cuerpo sobre el medio ambiente exterior, y el cuerpo envía mensajes al cerebro sobre lo que está experimentando en el ambiente. Estos mensajes se transmiten a través de los nervios en la médula espinal, que están incrustados en la columna vertebral o espina. Juntos, los nervios del cerebro y la médula espinal conforman el sistema nervioso central. Un trauma en cualquier parte de las vías nerviosa puede dar lugar a una mala comunicación, o a la falta total de comunicación entre el cerebro y el cuerpo, generando una incapacidad para coordinar los movimientos del cuerpo.

Silla de ruedas para perro

La columna vertebral se compone de un conjunto de 24 huesos llamados vértebras, que están separados entre sí por pequeños cojines llamados discos intervertebrales. Juntos, las vértebras y los discos intervertebrales protegen la columna vertebral de daños. Los traumatismos en las vértebras o en los discos pueden crear vulnerabilidad en los nervios de la médula espinal, dando lugar a nuevos trastornos a la vía neural.

Cuando un perro experimenta parálisis, a menudo es porque la comunicación entre la médula espinal y el cerebro ha sido interrumpida. En algunos casos, el perro no es capaz de mover sus piernas, un estado de parálisis total, y en otros casos, aún puede haber cierta comunicación entre el cerebro y la columna vertebral, y el perro sólo aparentará debilidad o tendrá dificultad para mover sus piernas, una condición conocida como: parálisis parcial. También hay casos en los que un perro puede estar paralizado de las cuatro patas (tetraplejia), y en otros, el perro puede ser capaz de controlar el movimiento en algunas de sus piernas, pero no todas. Esto se determina por la ubicación del trauma, ocurrido en el cerebro, la columna vertebral, los nervios o los músculos.

Algunas razas son más propensas que otras. Los perros que están cerca del suelo con la espalda alargada, como el perro salchicha y el basset, son comúnmente afectados por la rotura de los discos vertebrales al ejercer presión sobre la médula espinal, una condición conocida como enfermedad del disco intervertebral. Algunas razas están genéticamente predispuestas a una condición llamada mielopatía degenerativa (MD), una enfermedad que ataca a los nervios en el lomo de los perros más viejos (más de siete años). Se trata de una acción lenta, un trastorno progresivo que finalmente conduce a la parálisis de las patas traseras. Las razas afectadas por esta enfermedad son el corgi galés, boxer, pastor alemán, perro perdiguero de la Bahía de Chesapeake, y setter irlandés.

Síntomas:

  • No es capaz de mover las cuatro patas (tetraplejia)
  • No es capaz de mover las patas traseras (paraplejia)
  • Camina con las patas delanteras mientras arrastra las patas traseras
  • Es posible que haya dolor en el cuello, la columna vertebral o las piernas
  • No puede orinar
  • No es capaz de controlar la micción, goteo de orina
  • No es capaz de controlar la defecación
  • Estreñimiento

Causas:

  • Mielopatía degenerativa canina (MD) – relacionado con el gen de pastor alemán, boxer, corgi galés, perro perdiguero de la Bahía de Chesapeake, edades de 7-14 años; la causa es desconocida
  • Deslizamiento de los discos en la espalda – la enfermedad del disco intervertebral
  • Espondilodiscitis – infección bacteriana o viral en los huesos de la columna (vértebras)
  • La infección o inflamación de la columna vertebral
  • Moquillo
  • Meningomielitis – infección viral o bacteriana del cerebro, dando lugar a una mala comunicación de los impulsos de los nervios
  • Polimiositis – infección o inflamación en los músculos
  • Polineuritis – inflamación de los nervios
  • Embolia – obstrucción del flujo sanguíneo a la columna vertebral
  • Embolia aórtica – obstrucción del flujo sanguíneo a las piernas traseras
  • Tumores o cáncer en la columna vertebral o el cerebro
  • Parálisis por garrapata como resultado de las picaduras de garrapatas
  • Fiebre de las Montañas Rocosas
  • Botulismo – toxinas bacterianas
  • Miastenia Gravis – debilidad muscular severa
  • Embolismo fibrocartilaginoso el líquido del interior de un disco lesionado entra en el sistema arterial y se instala en la médula espinal, la creación de una embolia permanente, o bloqueo, es irreversible, pero no progresiva
  • Hipotiroidismo – Nivel bajo de la tiroides
  • Lesión en la columna vertebral
  • Malformación de la columna vertebral o vértebras

Diagnóstico:

Usted tendrá que dar un historial completo de la salud de su perro, el inicio de los síntomas y las posibles incidencias que hayan podido dar lugar a esta condición, tales como picaduras de garrapata, o lesiones recientes por saltar o caer. Durante el examen físico, su veterinario prestará mucha atención a qué tan bien su perro es capaz de mover sus piernas, y lo bien que es capaz de responder a las pruebas de reflejos. El veterinario también pondrá a prueba la capacidad de su perro para sentir dolor en las cuatro patas, el control de la cabeza, la columna vertebral, y las piernas en busca de signos de dolor y el estado de alerta al tacto.Perro atropellado y rescatado por perrera de barcelona

Todas estas cosas le ayudarán a su veterinario a ubicar el lugar en la columna vertebral de su perro, donde los nervios o los músculos están teniendo problemas. Las pruebas básicas de laboratorio incluyen un conteo sanguíneo completo, un perfil bioquímico y un análisis de orina, ellas pueden determinar si su perro tiene una infección-bacteriana, un virus o una reacción de toxinas, que está interfiriendo con las vías nerviosas. Las imágenes de rayos X de la columna vertebral pueden mostrar evidencia de una infección, una malformación de las vértebras, o una hernia de disco que está presionando contra la médula espinal. Otras condiciones que pueden conducir a la interrupción de las vías nerviosas pueden ser evidentes en una radiografía, como tumores, obstrucciones, o nervios inflamados.

En algunos casos, su veterinario puede ordenar una radiografía especial llamada mielograma. Este proceso utiliza una inyección con un agente de contraste (colorante) en la columna vertebral, seguida de imágenes de rayos X que permitirán al médico ver la médula espinal y las vértebras con más detalle. Si estas técnicas de imagen no son útiles, su veterinario puede ordenar una tomografía computarizada (TC), o una resonancia magnética (IRM) del cerebro y la columna vertebral de su perro, los cuales ofrecen una imagen muy detallada. En algunos casos, su veterinario puede tomar una muestra del líquido alrededor de la columna vertebral, para el análisis, o muestra de los músculos o las fibras nerviosas para una biopsia. Estos análisis pueden determinar la presencia de una infección en el cerebro o la columna vertebral.

Tratamiento:

El curso del tratamiento dependerá de la causa de la parálisis. Si su perro no puede caminar, orinar, o defecar por sí mismo, lo más probable es que sea admitido en el hospital mientras su veterinario trabajará para entregar un diagnóstico. A partir de ahí su veterinario realizará un seguimiento de la recuperación y el progreso de su perro. Si su perro tiene dolor, se le dará medicamento para ayudar a controlar el dolor, la vejiga se vacía varias veces al día por catéter, y su perro será movido físicamente para asegurarse de que no le salgan úlceras por permanecer en un mismo lugar durante demasiado tiempo. Existen varios productos que le ayudarán a pasar tiempo quieto sin dañarse, como por ejemplo los colchones. Si la causa de la parálisis es una infección o una hernia discal, la condición será tratada ya sea con medicamentos, cirugía, o terapia. Los medicamentos anti-inflamatorios a poder ser naturales y específicos como imflamex se utilizarán para reducir la inflamación de los nervios. Los tumores u obstrucciones del flujo sanguíneo pueden ser reparados quirúrgicamente, dependiendo de la vulnerabilidad de la ubicación. Algunos perros paralizados se recuperan muy rápidamente. Dependiendo de la severidad de la enfermedad, su perro se puede permanecer en el hospital hasta que sea capaz de caminar, o su veterinario decidirá enviar a su perro a casa con una guía para proporcionar cuidados y la recuperación en el hogar. Su veterinario establecerá un plan para revisar el progreso del tratamiento de su perro y ajustarlo en consecuencia.

¡vida y mucha!

perro-rodilla-en-la-calleSu veterinario le ayudará a hacer un plan para el cuidado de su perro en casa. En ocasiones, el perro puede resistirse a los cuidados debido al dolor, pero el cuidado asertivo y suave le ayudará a disminuir las reacciones de temor.

Es importante que cuide a su perro correctamente para que pueda recuperarse completamente. Siga con cuidado todas las instrucciones de su veterinario. Si su veterinario ha prescrito medicamentos, asegúrese de administrar todo el tratamiento, incluso después de que su perro aparente haberse recuperado por completo. En la mayoría de casos, una silla de ruedas canina puede ser de gran ayuda, ya sea para el proceso rehabilitatorio o como simple medio de transporte de la parte inmóvil del animal. La mayoría de los perros con silla de ruedas se adaptan muy bien y siguen disfrutando de su vida.

Ortocanis

Ayudas para perros con artrosis

fuente:VenFido

Científicos británicos lograron revertir parálisis en perros inyectándolos con células extraídas del recubrimiento de su propia nariz.

Todos los animales en el estudio habían sufrido lesiones de la médula espinal que les impedían el uso de sus patas traseras.

Los investigadores de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, se muestran cautelosamente optimistas de que la técnica pueda eventualmente jugar un papel en el tratamiento de pacientes humanos.

El estudio, financiado por el Consejo de Investigación Médica (MRC) y publicado en la revista de neurología,Brain, es el primero que prueba el trasplante en heridas de «la vida real» y no en animales de laboratorio.

Los científicos extranjeros del recubrimiento de la nariz de los animales las llamadas células de la glía envolvente olfatoria (OEC).

CÉLULAS DE LA GLÍA ENVOLVENTE OLFATORIA

La única parte del organismo donde continúan creciendo fibras nerviosas en adultos es en el sistema olfatorio.

Las células envolventes de la glía olfatoria (OEC) se encuentran en la parte posterior de la cavidad nasal y rodean las neuronas receptoras que nos permiten oler y convertir esas señales en el cerebro.

Las células nerviosas necesitan reemplazarse constantemente y esto es promovido por las OEC.

Durante décadas los científicos han pesnado que las OEC podrían ser útiles en la reparación de la médula espinal. Los ensayos iniciales con OEC en humanos sugieren que el procedimiento es seguro.

Éstas fueron cultivadas y reproducidas durante varias semanas en el laboratorio.

De los 34 perros mascota que participaron en el ensayo de prueba de concepto, 23 recibieron trasplantes de estas células en el lugar de la lesión y el resto recibió una inyección con un fluido neutral.

Muchos de los perros que habían recibido el trasplante mostraron considerable mejora y fueron capaces de caminar en una máquina de ejercicio con el apoyo de un arnés.

Ninguno de los animales en el grupo de control logró volver a utilizar sus patas traseras.

Cautela y optimismo

La investigación fue una colaboración entre el Centro de Medicina Regenerativa del MRC y la Escuela de Veterinaria de la Universidad de Cambridge.

El profesor Robin Franklin, biólogo regenerativo del Instituto de Células Madre del MRC y el Wellcome Trust y uno de los autores del informe, expresa que: «nuestros hallazgos son extremadamente emocionantes porque muestran por primera vez que trasplantar estos tipos de células en una médula espinal severamente dañada puede traer una mejora significativa».

«Tenemos esperanzas de que esta técnica pueda lograr restaurar por lo menos una pequeña cantidad de movimiento en pacientes humanos con lesiones de la médula espinal pero eso es algo muy lejano al hecho de que podrían lograr recuperar todas sus funciones perdidas».

El profesor Franklin afirma que el procedimiento podría ser utilizado junto con tratamientos farmacológicos para promover la regeneración de fibra nerviosa y bioingeniería para sustituir las redes neurales dañadas.

Nariz
Los animales recibieron un trasplante de células olfatorias.

Los investigadores afirman que las células trasplantadas regeneraron fibras nerviosas en toda la región dañada de la médula espinal.

Esto permitió a los perros recuperar el uso de sus patas traseras y coordinar movimientos en sus patas delanteras.

Pero no se desarrollaron nuevas conexiones nerviosas de larga distancia como las que se requieren para conectar al cerebro con la médula espinal.

Según los científicos del MRC en humanos esto sería vital para un paciente con lesión en la médula espinal que ha perdido la función sexual e intestinal y el control de la vejiga.

El profesor Goeffrey Raisman, presidente de Regeneración Neural de la Universidad de Londres, quien descubrió las células de la glía envolvente olfatoria en 1985, expresa que «esto no es una cura para lesiones de médula espinal en humanos, lo cual puede todavía ser algo muy lejano».

«Esto no es una cura para lesiones de médula espinal en humanos, lo cual puede todavía ser algo muy lejano. Pero éste es el avance más alentador en varios años y es un paso significativo en el trayecto para lograrlo»

Prof. Goeffrey Raisman

 

«Pero éste es el avance más alentador en varios años y es un paso significativo en el trayecto para lograrlo».

El experto afirma que los beneficios clínicos todavía son limitados: «este procedimiento ha permitido a un perro lesionado que camine con sus patas traseras, pero la gama de funciones mucho más elevadas que se pierden con una lesión espinal, como las de la mano, función de la vejiga, regulación de la temperatura, por ejemplo, son más complicadas y todavía muy lejanas».

Jasper, un perro salchicha de 10 años, es uno de los animales que tomó parte en el ensayo.

Si dueña May Hay me dijo que «antes del tratamiento teníamos que transportar a Jasper en un carro porque sus patas traseras eran inútiles. Ahora anda por toda la casa y el jardín y puede seguir el ritmo de otros perros. Es maravilloso».

Fuente: BBC