La piel nos sirve de protección frente a agresiones externas, tanto a los humanos como al resto de animales. Cuando se trata de un perro cuya movilidad es reducida, esta tiende a sufrir más debido al roce continuo en determinadas zonas de su cuerpo. Para evitar que esta se dañe, vamos a conocer cómo podemos cuidar la piel de un perro discapacitado.
Por qué se irrita la piel
Tanto si hablamos de perros con discapacidad como de uno que no lo es, la piel no solo les sirve para proteger su estructura interna, sino que también es el medio que tienen para relacionarse con aquello que les rodea.
Cuando pasamos mucho tiempo en una misma posición o hay algo que con regularidad nos roza en una zona concreta de la piel, pueden aparecer úlceras e irritación. Si no cuidamos la piel, estas heridas pueden agravarse, hasta el punto de dejar el hueso al descubierto e infectarse.
Para evitar que esto suceda, debemos aprender a cuidar la piel de un perro discapacitado. Se trata simplemente de aumentar las precauciones y prestarle atención a esta delicada parte del cuerpo. Aunque es resistente, también necesita protección.
Cómo podemos cuidar la piel de un perro discapacitado
Lo primero que debemos hacer para cuidar la piel de un perro discapacitado es protegerla. Este punto consiste en buscar aquellos elementos que no provoquen heridas en su cuerpo. En concreto, en aquellas partes que son más susceptibles de padecer heridas o ulceraciones, como son las caderas, los codos o los tobillos.
Los arnés que utilicemos deben llevar protecciones en su interior, de forma que la parte que quede en contacto con la piel sea acolchada y suave. En nuestra galería podéis ver cómo son estos tipos de arnés. En el caso de que ya exista una herida, debemos protegerla bien para evitar que alguna parte de ellos la roce.
Llevar las heridas abiertas es también un riesgo por otros motivos. Las moscas u otros insectos pueden depositar larvas, haciendo que la herida se infecte. En función de la discapacidad del perro, tendrá más problemas para ahuyentarlas. Si utilizamos pañales, debemos retirarlos el salir a la calle, así las heridas podrán respirar.
En segundo lugar, para cuidar la piel de un perro discapacitado debemos modificar su postura con regularidad. Las partes que más sobresalen ,y que ya mencionamos anteriormente, son más susceptibles de padecer heridas, por lo que debemos verificarlas con frecuencia. Además de utilizar cremas que ayuden a cicatrizar, podemos mover las extremidades del animal como parte de la fisioterapia en casa.
Por último, para cuidar la piel de un perro discapacitado debemos tener cuidado con el arrastre. Las patas sin movilidad siempre estarán apoyadas contra el suelo, y al desplazarse podrá causarles heridas. Además de utilizar abrigos protectores, podemos adquirir sillas de ruedas que le ayuden a desplazarse.