Buika es una preciosa perrita de unos treinta y siete kilos y once años de edad.
Hace un año empezó a tener algunos síntomas de disfuncionalidad en las patas traseras. Tras 5 meses empezó a perder prácticamente toda la movilidad de los cuartos traseros. Visitaron numerosos veterinarios durante 6 meses, y la conclusión es que una fuerte contusión en la zona de la cadera cuando era pequeña, podría haberle lesionado la médula y que ahora se había inflamado bloqueando la actividad nerviosa de las patas de atrás y los efínteres.
Su cuidador probó con antiinflamatorios pero el resultado no era muy notable y además no quería abusar de su uso puesto que temía dañar otros órganos, efecto bastante común en los antiinflamatorios no esteroideos. Además conocía dos casos de amigos en los que el uso de antiinflamatorios había tenido efectos devastadores en sus perros y no quería correr riesgos.
También ha probado con terapias naturales, termoterapia además de practicarle masajes y estiramientos para evitar el enquilosamiento en las extremidades afectadas. Sólo le quedaba sujetarla con una toalla la parte abdominal, práctica muy extendida, aunque sabía que debía ser algo temporal ya que con ello oprime todo el aparato digestivo y empeoraba la situación.
Finalmente, tras semanas sin encontrar una solución, y cargando a sus espaldas los casi cuarenta quilos de peso para que Buika pudiera salir a la calle y pasear un poco con sus patas delanteras, decidieron buscar en internet alguna ayuda. Y encontraron la silla de ruedas autoajustable. Con ella, Buika ha recuperado la movilidad y puede volver a andar por donde ella quiera y todo el tiempo que desee.
Texto y fotos: Toni Fernández Ortocanis