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El perro deportivo
Entendemos como perro deportivo aquél que está en forma y que realiza algún tipo de ejercicio con regularidad, bien sea agility, canicross, mushing, etc.
Lo primero que haremos será definir la forma física para saber de qué manera la fisioterapia puede ayudarnos con un perro deportivo.
La forma física es la suma de:
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Resistencia cardiovascular: el corazón, los pulmones y los vasos sanguíneos han de poder trasportar correctamente la sangre oxigenada hasta los músculos.
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Fuerza muscular: es la capacidad del músculo de producir una contracción máxima.
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Resistencia muscular: es la capacidad del músculo de realizar un ejercicio sostenido.
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Flexibilidad: Es la capacidad de mover una articulación llegando a realizar todo su arco de movilidad.
Por tanto, para tener un buen rendimiento, se han de combinar:
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Un componente cardiovascular
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Un componente muscular
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Un componente motor
Y es precisamente sobre estos componentes sobre los que trabajamos en fisioterapia canina.
En primer lugar tenemos el componente cardiovascular:
Hay que entrenar al corazón y pulmones para aguantar las exigencias y demandas de oxígeno que se producen durante el ejercicio. Para ello, primero se hace una valoración del animal y en función de eso diseñamos un plan de entrenamiento específico pudiendo ser entrenamiento de puesta en forma, a intervalos, de largas distancias, de altura, etc.
En segundo lugar está el componente muscular:
Es el punto más importante para evitar lesiones y alargar la vida deportiva de nuestro perro.
La fisioterapia ayuda a preparar el músculo para los esfuerzos, a detectar puntos dolorosos (puntos gatillo o trigger points) y tratarlos, estirar tendones, ligamentos y fibras para evitar su acortamiento, eliminar los productos de desecho producidos y acumulados durante el ejercicio.
Para ello nos servimos de distintas técnicas de masajes (stroking, effleurage, petrissage…) y estiramientos, usamos además termoterapia, electroestimulación, ultrasonidos, laserterapia y magnetoterapia entre otros procedimientos.
Y por último hay que trabajar sobre el componente motor, mejorar la agilidad, la coordinación y la propiocepción del animal, con ello conseguiremos un perro con mejores capacidades para el deporte.
Esta es la parte más creativa de la fisioterapia donde usaremos una gran variedad de ejercicios, por ejemplo:
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Cavalletis y serpentinas, para mejorar el movimiento de las extremidades y la flexibilidad de la columna.
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Cambiamos texturas.
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Hacemos cargas simples o cruzadas, para cambiar el centro de gravedad del perro.
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Tabla de freeman y plato de Bohler, con lo que mejoraremos el equilibrio y propiocepción.
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Botas caninas, para mejorar la propiocepción.
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Túneles
Cristina Pinell
Centro Veterinario Triscan