Dependiendo del caso se pueden marcar diferentes objetivos como: Eliminar dolor e inflamación, disminuir la cojera, mantener y/o mejorar la amplitud de movimiento, mantener tono, masa y fuerza muscular, minimizar o hacer más lentos los efectos de la degeneración articular -artrosis-, evitar compensaciones y, dar las máximas capacidades para que el animal sea funcional y que pueda tener una buena calidad de vida.

Fases del tratamiento:

Fase I: Control del dolor y disminución de la inflamación y el edema. Si el animal tiene dolor, no se
dejará manipular y no se podrán alcanzar los objetivos deseados. Durante los primeros días es importante actuar sobre la inflamación y el dolor y, evitar que aparezca la atrofia muscular y la disminución del arco articular. Para ello se utilizan técnicas pasivas que reducen la inflamación, producen analgesia y ayudan a mantener el tono, la masa y el arco de movilidad. Entre estas técnicas hay la electroterapia (corrientes analgésicas, TENS), masajes, movilizaciones pasivas y crioterapia (frío), magnetoterapia (campos magnéticos), ultrasonidos que reducen inflamación y edema, láser. En el inicio de la recuperación estas aplicaciones deben ser combinadas con la terapia farmacológica que el veterinario referente crea oportuno para el caso.

La aplicación de estos aparatos, da una ventaja, producen analgesia y por lo tanto, se puede disminuir la ingesta de fármacos; cosa que nos es muy útil con animales que no pueden ingerir según que medicamentos porque su sistema no lo permite.

Fase II: Aumento de los arcos de movilidad y flexibilidad de los tejidos blandos. Es importante desde el principio masajear y mover la zona lesionada siempre y cuando no haya contraindicación veterinaria y, respetando en el caso de fijación, el periodo de cicatrización y unión de las partes fijadas. El hecho de masajear y mover la zona o la extremidad afectada ayuda a mantener la movilidad, evita la pérdida de masa y tono y trabaja los propioceptores.

Una movilización suave combinada con diferentes técnicas de masaje ayudan a disminuir la inflamación y reducir el dolor.

Una vez pasada la fase aguda, 48-72 horas, y sin riesgo de infección ni de inflamación, se puede introducir calor que ayuda a elastificar los tejidos, disminuye el dolor y aumenta la vascularización.

Al inicio y al final de la sesión se usa el frío,ya que tiene propiedades que actúan sobre la disminución de la respuesta inflamatoria, edema y dolor

Electroterapia en gatos

Fase III: Aumento de la masa y fuerza muscular. La electroestimulación muscular ayuda a prevenir la aparición de la atrofia y a mantener masa y tono muscular. Con los estímulos eléctricos podemos estimular la conducción nerviosa.

Otros ejercicios como, andar en el agua o caminar sobre un tapiz, también ayudan a aumentar la masa y la fuerza.

Fase IV: Reeducación de la marcha. A partir del cuarto día y durante las siguientes dos semanas, cuando la inflamación y el dolor han desaparecido, es momento de introducir ejercicios activos simples. En el caso de las extremidades anteriores se usarán ejercicios con una luz, un plumero, una pluma… para que el animal mueva su extremidad afectada. En el caso de las extremidades posteriores, se puede colocar un arnés y empezar a dar paseos de corta durada dentro de un espacio cerrado para obligar a que el animal haga un apoyo igual con las cuatro extremidades y así, evitar que aparezca una descompensación entre extremidades producida por un incorrecto apoyo en el suelo. Los paseos son un ejercicio al que se va incrementando su duración hasta la total recuperación. Parece raro el hecho de obligar a pasear un gato por una sala, pero es un ejercicio muy gratificante, sobretodo en los primeros días de recuperación. Una vez pasada la fase inicial, ya se podrá dejar al gato que haga sus paseos suelto o mediante la ayuda de algún juguete para obligarle a que se mueva.

Si el felino lo permite, si no hay contraindicación veterinaria, sin puntos y con heridas bien cerradas, se puede introducir el animal en el agua. Se aprovechan las ventajas del agua para mejorar la recuperación. La hidroterapia (underwater treadmill) facilita la estación del animal sin pérdida del equilibrio y, gracias a la flotación, sin tener que soportar todo su peso. Además la flotación permite trabajar animales con dolor óseo y con poca masa muscular. La presión del agua ejercida sobre el cuerpo del animal incrementa la sensibilidad y disminuye las inflamaciones y los edemas. El trabajo en el agua, cintas subacuáticas o natación se va incrementando a medida que el animal se va recuperando. Además, con el agua, podemos recuperar el patrón motor, aumentar masa, tono y fuerza, trabajar capacidad respiratoria y mantener y/o mejorar movilidad.

El uso de tablas, platos, pelotas y camas elásticas son importantes para trabajar el equilibrio, la propiocepción y sobretodo la integración de la extremidad o extremidades afectadas.

Problemas musculares en gatosFase V: Reincorporación a su vida normal. Ya en la última fase, a partir de las dos semanas, cuando el gato tiene integrado el patrón de marcha, se realizan ejercicios para mejorar la calidad del movimiento. Son ejercicios activos más complejos para integrar la extremidad o extremidades afectadas. Con los ejercicios activos y de propiocepción se consigue aumentar el tono, la masa y la fuerza muscular; se trabaja la coordinación y el equilibrio y, la amplitud de movimiento. Se usan carriles con diferentes superficies, conos, barras y circuitos.

Es importante llevar un buen control del peso durante y después de la recuperación. Un exceso de peso dificulta la misma y puede ayudar a desarrollar problemas secundarios, además de dañar sus articulaciones.

Marta Subirats Laguarda

Fisioterapeuta de perros diplomada por la Universidad de Tennesse

Técnica especialista de Ortocanis.com

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