Cómo reducir el dolor articular crónico gracias a la aplicación de calor
Cuando nuestros perros sufren de dolores articulares, existen varias estrategias para aliviarles el dolor. Una de ellas es el uso de fármacos, como los antiinflamatorios no esteroideos específicos para perros. Una alternativa a éstos es el uso de antiinflamatorios naturales y de condroprotectores. Otra estrategia para tratar dicho dolor, que se puede aplicar en combinación con la medida farmacológica o en exclusiva, consiste en la aplicación de terapias físicas, como la fisioterapia, la rehabilitación física, los ejercicios terapéuticos, la estimulación eléctrica transcutánea (TENS), la utilización de protectores articulares, la magnetoterapia, los masajes, la crioterapia y la termoterapia, entre otras.
La aplicación de frío (crioterapia) o calor (termoterapia) en las articulaciones es una cuestión que depende de la lesión que se quiera tratar. A continuación, se expondrán los beneficios de esta última estrategia, es decir, la aplicación de calor o termoterapia. Cuando existe un dolor crónico, como en los casos de artrosis que acompaña a la mayoría de nuestros compañeros caninos cuando son mayores, la aplicación de calor es una herramienta terapéutica muy valiosa debido a su efecto analgésico. La aplicación de calor en una zona aumenta el metabolismo local. A la vez, al aumentar la temperatura del tejido en cuestión, permite una mayor vasodilatación que genera un mayor aporte de oxígeno y sangre que nutren el tejido a recuperar. Además de reducir el dolor, facilita la relajación muscular. Por otro lado, la termoterapia está indicada también en aquellos casos en los que se recomienda al perro estiramientos para aumentar la extensibilidad de determinado tejido conectivo.
Por todas estas mismas razones, la aplicación de calor estará contraindicada en casos de inflamación reciente o aguda, ya que ello incrementaría el proceso inflamatorio y el edema. En estos casos de inflamación aguda, pues, en que buscamos un efecto contrario, es decir, la vasoconstricción, estará indicada la aplicación de frío o crioterapia . Así pues, durante los primeros días post-quirúrgicos o en lesiones articulares agudas, será más aconsejable la crioterapia. Pasados los primeros días, una vez remitida la fase inicial de inflamación, será cuando aplicaremos calor para aumentar el flujo sanguíneo y la curación de la lesión a sanar.
En cuanto a la termoterapia, el tiempo de aplicación y duración del tratamiento variará según el paciente y la lesión a tratar. En casa, podremos aplicarles bolsas de agua caliente o hielo para aliviarles, pero hay lamparas de infrarrojos que requieren una mayor monitorización y cuidado, así que en estos casos los llevaremos a un especialista. Tal y como indica Darryl L. Mills*, existen varias precauciones y contraindicaciones que deberemos siempre considerar. La primera de ellas la acabamos de mencionar, y es la advertencia de no aplicar calor cuando la inflamación es aguda. Por otro lado, en pacientes cardiópatas o con déficits circulatorios consultaremos antes con el veterinario sobre la posibilidad de aplicación de la termoterapia. Además, deberemos siempre monitorizar muy de cerca los perros, ya que si existe intolerancia, ellos no pueden verbalizarla. También tendremos especial precaución en la aplicación del calor en pacientes con poca capacidad de termorregulación, así como en la aplicación sobre las heridas abiertas o infectadas. Igualmente, vigilaremos mucho de no ocasionar quemaduras, eligiendo si es posible materiales que no se sobrecalienten en exceso y colocando una toalla entre la piel del animal y la fuente de calor. En concreto, extremaremos las precauciones con aquellos productos que generen un calor de alta intensidad. Finalmente, por todo ello, siempre revisaremos el estado de la piel del animal antes, durante y después de la aplicación de calor sobre la zona, y retiraremos la fuente si observamos que la piel ha enrojecido o el perro está incómodo.
*Darryl L.Millis. Physical Therapy and rehabilitation in dogs. Chapter 27. Handbook of Veterinary Pain Management. 2008. James S. Gaynor y William W. Muir.
Clara Castells Urgell - Veterinaria en Ortocanis