La displasia del codo es una enfermedad del desarrollo, consiste en un trastorno óseo que se inicia con una artritis y desencadena una osteoartrosis.

Esta enfermedad se presenta habitualmente en los perros de razas grandes y gigantes (Pastor alemán, Labrador, San Bernardo, Rottweiler, Mastin Napolitano, etc.), el proceso puede ser uni o bilateral siendo los machos afectados con más frecuencia que las hembras.

Su origen es genético multifactorial y se transmite a la descendencia, pero la aparición de esta patología obedece también al medio ambiente, la alimentación, el peso corporal, la firmeza de ligamentos, ejercicio físico, traumatismos.

A nivel del codo se pueden producir tres diferentes tipos de alteraciones osteoartrósicas:

1. Proceso ancóneo no-unido

2. Osteocondritis disecante

3. Fragmentacion de apófisis coronoides

En general en los tres los primeros síntomas aparecen durante el crecimiento (4 y 5 meses de edad), el perro presenta intolerancia al ejercicio, que se manifiesta por cojera, ésta pueden ser al iniciar un movimiento, o tras ejercicio prolongado.

En algunos casos, en los que la artrosis es muy discreta, el perro puede mantener un grado casi normal de actividad durante toda su vida.

Ortesis de codo para perro Al diagnóstico se llega por la clínica, suma de síntomas y signos recogidos en la anamnesis que el veterinario deberá realizar, además solicitará radiografías.

La única de estas patologías que presenta síntomas radiológicos a la edad de cuatro a siete meses, es el proceso ancóneo, el resto a partir del año.

Cuanto más prematuro sea realizado el diagnóstico, antes se podrá instaurar un tratamiento adecuado, evitando asi la formación de una artrosis que, por un lado producirá dolor, y por otro limitará la capacidad funcional del codo afectado durante el resto de la vida del perro, con los consiguientes trastornos ocasionados al mismo.

Tratamiento

Normalmente el tratamiento es quirúrgico, en función del grado y antigüedad de la lesión. Primero se debe intentar su resolución espontánea, y a pesar que algunos autores dan reposo por el dolor que produce, es preferible administrar analgesia. Otra solución es la utilización de órtesis de codo especificas adaptadas al animal. Se ha demostrado gran número de casos donde gracias a estos soportes el animal ha tenido una evolución muy favorable.

Pronóstico

La evolución es muy variable en función del tipo y el grado de la lesión, pero en general es desfavorable sin cirugía. El tratamiento quirúrgico, y si se realiza antes de la aparición de la osteoartrosis, el pronóstico es bueno.

En los casos que ya existan cambios degenerativos, y a pesar de haber realizado la cirugía, si bien el dolor desaparece, queda la limitación del movimiento articular.

Prevención

Los perros de razas predispuestas y que tienen un desarrollo precoz y de gran tamaño debe aportársele una dieta evitando excesos de proteínas, así como el abuso del calcio y vitaminas.

Durante la etapa de crecimiento, el ejercicio debe ser limitado evitando juegos en los que el perro salte (ej. frisby) y evitar pequeños traumatismos repetidos, que predisponen a producir o a agravar las lesiones.

Control genético: Está demostrado que la herencia influye en la aparición de la displasia de codo, se recomienda restringir la reproducción de aquellos que padecen la enfermedad, independientemente de que el grado de afección sea grande o pequeño (esto evitará a largo plazo que se extienda esta grave patología).

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Equipo técnico de Ortocanis

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