Los gatos también están predispuestos a sufrir lesiones, de la misma manera que las sufren los perros, pero en menor porcentaje debido a su flexibilidad.
Las lesiones músculo-esqueléticas, que pueden ser tratadas mediante fisioterapia, rehabilitación y/o osteopatía, son las derivadas del síndrome del gato volador o paracaidista y, las sufridas tras un atropello.
El síndrome del gato volador o paracaidista suele darse en gatos que viven en grandes alturas y, tras seguir a una mosca, mariposa… o por ser demasiado curiosos, caen al vacío desde grandes alturas. Aunque se sabe que los gatos superan y soportan los problemas que surgen de las caídas y salen ilesos o bien con traumatismos leves, que su propio cuerpo soluciona, -de ello viene el dicho de que los gatos tienen siete vidas-; hay un grupo minoritario de felinos, que sufre lesiones más severas y, necesita atención veterinaria y posterior recuperación.
Entre las lesiones más frecuentes, que se dan en los gatos tras las caídas o los atropellos, encontramos: Traumatismos torácicos, faciales, orales, abdominales y, los más tratados con rehabilitación, las fracturas y luxaciones de los miembros o de la columna vertebral.
La fisioterapia y la rehabilitación con los gatos se caracteriza porque, la mayoría de las veces, es necesario usar estrategias adicionales durante las sesiones y no siempre las técnicas escogidas son bien aceptadas.
Cabe mencionar que después de haber comido, los gatos se encuentran más relajados y toleran más los ejercicios de recuperación. Por muy doméstico que sea un gato, generalmente, no esta enseñado como un perro. Son animales que no están obligados a realizar ejercicio físico diario, se desplazan, juegan, se lavan, etc., cuando quieren, por lo tanto, cuando se les aplica según que técnicas o se les hace realizar ejercicio físico pueden verse invadidos y su carácter puede verse alterado. Para prevenirlo el ambiente debe ser relajado, sin estímulos que los altere o los desconcentre y la intensidad de las técnicas y los ejercicios se deben realizar con mucha tranquilidad y aumentando progresivamente la intensidad.
El tratamiento de Fisioterapia varía en función del animal y del estado y grado de la lesión. Es importante empezar lo antes posible con el mismo, para que éste sea efectivo y, para evitar secuelas, como movilidad reducida y/o dolor crónico que a la larga puede comportar la aparición de artrosis.
El animal pasa por diferentes fases hasta su total recuperación. Es imprescindible conseguir de forma gradual los objetivos marcados. Se da por finalizado el proceso de recuperación cuando el animal es apto para realizar las actividades diarias.
Marta Subirats Laguarda
Fisioterapeuta de animales
Certified Canine Rehabilitation Practitioner por la Universidad de Tennesse
Técnica de Ortocanis