Las úlceras de decúbito también llamadas llagas o escaras por inactividad son unas lesiones que aparecen en la piel cuando los animales pasan demasiado tiempo en una misma postura, lo que provoca roce y presión sobre algunas partes del cuerpo. La presión prolongada dificulta o interrumpe el aporte de sangre a la zona provocando la muerte de piel, músculo e incluso hueso. Cuando estos tejidos muertos se desprenden, se forma la úlcera. Además, esto favorerce la entrada de bacterias, provocando infecciones que pueden llegar a ser muy graves.
Son una complicación peligrosa en procesos ortopédicos complicados, pero en la mayoría de los casos son evitables.
Es un tipo de problema que aparece sobretodo en animales que no se pueden mover: perros tetrapléjicos, parapléjicos, muy mayores o con enfermedades graves.
Las zonas de aparición más frecuentes son los salientes óseos, especialmente las caderas, hombros, codos, rodillas y cuencas oculares.
Hay una serie de factores que favorecen la aparición de úlceras, pero la mayoría se pueden controlar:
Falta de actividad
Es de vital importancia cambiar la postura del animal cada 2 o 3 horas. A menos que el veterinario indique lo contrario, un animal siempre se debe mover, y si puede ser, por él mismo. Si tiene dificultades, deberemos ayudarle varias veces al día. De esta manera, además de evitar las úlceras, fortalecemos muscularmente y estimulamos los nervios. Esto es indispensable para su rehabilitación, su salud mental y su tránsito intestinal. Además, evitaremos el dolor en músculos y huesos que provoca el no cambiar frecuentemente de postura.
Nos puede ser de gran ayuda estimular al animal con masajes o electroestimulación para así fortalecer sus músculos y aliviar el dolor. Existen unidades de electroestimulación fáciles y económicas que pueden ser utilizadas por el propietario.
En el caso de que el animal no pueda moverse por él mismo, podemos hacerle gimnasia pasiva, es decir, mover sus extremidades para evitar que las articulaciones pierdan elasticidad y conseguir que no siempre estén apoyados del mismo lado.
En animales con inmovilidad de las extremidades posteriores, puede ser muy útil el uso de una silla de ruedas, que le permitirá desplazarse de manera autónoma y evitar la mayoría de los problemas que provoca la inactividad.
Irritación por orina, heces u otros fluidos
La limpieza diaria del animal es fundamental para evitarla, así como no usar tejidos que provoquen que la humedad quede en contacto con la piel permanentemente. También deberemos cuidar y desinferctar las posibles heridas.
Edad
Los animales mayores son más propensos a hacer úlceras, ya que su piel es menos flexible. En ellos es importante usar camas de dureza óptima u ortopédicas.
Malnutrición
Un aporte insuficiente o desequilibrado de nutrientes provocará que el organismo del animal no tenga capacidad de regeneración de los tejidos afectados. Asimismo, empeorará la salud de huesos y músculos. Además, en el caso de que haya alguna enfermedad, ésta lejos de resolverse, tendirá a empeorar.
Obesidad
Ésta incrementa la presión de apoyo, pero a parte, se ha visto que un exceso de grasa favorece la inflamación, empeorando el cuadro, tanto de las úlceras como de las enfermedades que pueda tener el animal.
Camas inadecuadas
Es de vital importancia. Debemos evitar las camas demasiado duras o tan blandas que fuercen la postura del animal. Existen camas de tejidos especiales antiescaras que pueden ser de gran ayuda.
Leishmania
Los perros con esta enfermedad tienen más tendendencia a hacer úlceras ya que su capacidad de cicatrización está disminuida. Así, con roces mínimos se pueden hacer heridas que, al no cicatrizar acaban siendo úlceras.
Diabetes
Esta patología puede hacer que las úlceras sean más graves e incluso provocarlas. La diabetes afecta a vasos, nervios y piel y además incrementa el riesgo de sufrir infecciones.