La incapacidad del perro para mantenerse sobre las patas de atrás o claudicación posterior puede deberse a muchas causas. No siempre se trata de la debilidad propia de la vejez y, en muchos casos, un tratamiento precoz y adecuado puede mejorar el problema.
Los síntomas que veremos con más frecuencia en un animal con problemas en sus patas traseras son: debilidad, dificultad para levantarse y estar parado, tendencia a cruzar las patas traseras al andar, correr con ambas patas paralelas (como un conejo), resbalar más de lo normal o no coordinar bien sus movimientos.
Aunque pueda parecerlo, las causas de esta claudicación no siempre son musculares o esqueléticas, por ello es indispensable acudir al veterinario para obtener un diagnóstico. En general, las causas más comunes son:
- Dolor, ya sea en el área afectada o no
- Problemas ortopédicos
- Problemas neurológicos
- Problemas sistémicos, es decir, que afectan a todo el cuerpo del animal, como es el caso de algunas enfermedades endocrinas (hormonal o de glándulas).
La edad es importante. En animales jóvenes podríamos sospechar de una malformación u otras enfermedades congénitas y en animales mayores podremos sospechar de una hernia discal o un tumor. También es muy importante la tendencia genética a algunas enfermedades, por ejemplo, la displasia de cadera en los Labrador Retriever o la Mielopatía degenerativa en los Pastores Alemanes. Puedes comprobar las estadísticas de incidencia de la displasia según la raza por ejemplo.
También hay factores que predisponen a tener problemas en las patas posteriores, como por ejemplo, la obesidad, la diabetes o la alimentación excesiva en los cachorros.
Es importante también informar al veterinario si se trata de una alteración aguda (aparición súbita e intensa) o crónica (aparición lenta y progresiva) ya que esto puede ayudar mucho en el diagnóstico.
Es más frecuente la claudicación posterior en animales mayores y de raza grande y las causas suelen ser la displasia de cadera, la artrosis, las hernias discales y problemas en la zona lumbosacra.
Otras causas pueden ser: Mielopatía Degenerativa, meningomielitis, discoespondilitis, hemivértebra, neoplasias (tumores), quistes, embolismo fibrocartilaginoso (secundario a fracturas), tromboembolismo aórtico, Hiperadrenocorticismo o Síndrome de Cushing,... Como ves, las causas pueden ser diversas y algunas de ellas graves, por lo que es muy importante acudir al veterinario ante la detección de algún síntoma.
El tratamiento, obviamente, depende en gran medida de la causa de esta claudicación y lo primero que se debe intentar es corregir, en la medida de lo posible, la causa. Por ejemplo: si la debilidad está causada por una hernia discal, primero se deberá intentar estabilizar, ya sea mediante cirugía o vendaje y reposo (depende del caso), sino, aunque proporcionemos antiinflamatorio y un lecho confortable y el animal se sienta mucho mejor, no resolveremos el problema (más bien todo lo contrario).
Una vez tratada la causa principal, tenemos un amplio abanico de ayudas que pueden aumentar la calidad de vida del animal: el uso de camas ortopédicas está indicado sobretodo en aquellos casos donde hay enfermedad articular (displasia de cadera, artrosis, hernias...) ya que permite que al animal reparta su peso por toda la superficie corporal y no sólo en las articulaciones. Los condroprotectores también están indicados en cualquier patología articular ya que ayudan a ralentizar la progresión de la artrosis. Los antiinflamatorios tiene un papel fundamental en el tratamiento del dolor. En perros muy mayores pueden estar contraindicados aunque existen antiinflamatorios naturales con menos efectos secundarios.
Un soporte de cadera es la ayuda más novedosa para reducir las molestias de una displasia o artrosis localizada:
- Ejerce una ligera presión y mantiene la articulación de la cadera caliente
- Reduce notablemente los dolores de la zona
- Estimula la actividad muscular fortaleciéndola.
Esto produce los efectos que buscamos.
- Aumento de la sujeción de la cabeza del fémur al acetábulo
- Mayor estabilidad la articulación
Es sumamente recomendable en caso de displasia leve o moderada ya que ejerce una ligera presión y mantiene la cadera caliente. Esto fomenta la utilización de los grupos musculares y estabiliza la cadera haciendo que la cabeza del fémur encuentre mayores problemas a la hora de desplazarse fuera del acetábulo, ralentizando la progresión y reduciendo los dolores que esta salida producen al perro. La utilización de un soporte de cadera también reduce considerablemente las dosis necesarias de antiinflamatorios.
En los casos en los que la debilidad está causada por una disminución de la masa muscular es muy importante proporcionar rehabilitación para que, poco a poco, el animal pueda ir recuperando su ritmo normal. El uso de sillas de ruedas, al permitir al animal andar por él mismo y ser autónomo, es muy interesante, bajo el punto de vista corporal y mental.
Existen arneses para las patas de atrás con los que poder ayudar al animal con debilidad posterior. El propietario sujeta parte del peso del animal para que le sea más fácil desplazarse. Asimismo, la mayoría de animales se beneficiarán de botas antideslizantes que reducirá el esfuerzo necesario para levantarse al permitir un apoyo menos exigente y les ayudará a no desestabilizarse.
Como se puede ver, las causas y posibles tratamientos para perros con debilidad de las patas posteriores son numerosas. Siempre se debe consultar al veterinario ante la aparición de los primeros síntomas. El diagnóstico precoz y el conocimiento de todas las alternativas terapéuticas pueden suponer una gran mejora para el pronóstico del animal.
Equipo técnico de Ortocanis